Migrantes elegidos por el Papa en Chipre comenzarán nueva vida en Italia

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A pocos días de Navidad, seis demandantes de asilo dejan este jueves Chipre para comenzar una nueva vida en Italia, donde les acogerá una comunidad católica, después de la visita del papa Francisco a la isla a principios de diciembre.

Una fuente del Vaticano informó que un primer grupo de una decena de migrantes procedente de Chipre llegará el jueves a Roma. La acogida la gestiona la Comunidad Sant'Egidio, que ya tiene experiencia en operaciones de corredores humanitarios.

El viernes serán recibidos durante una audiencia privada en el Vaticano.

Las autoridades de Chipre afirmaron, por su parte, que "12 de los 50 demandantes de asilo elegidos durante la visita del Papa Francisco" partieron "para ser acogidos en el Vaticano".

Ni el Vaticano ni la Comunidad Sant'Egidio respondieron a los pedidos de información de la AFP.

Hinda Warsame, una somalí de 25 años, estaba desde el miércoles lista junto a sus hermanas Naima y Fadoumo (22 y 19 años, respectivamente), para el viaje.

Las tres hermanas crecieron en Arabia Saudita pero fueron deportadas a Somalia, un país con una gran inestabilidad política. Fue "una pesadilla", recuerda Hinda.

Allí la presionaron para que se casara contra su voluntad para "proteger" a sus hermanas, y que se le practicara la escisión. Pero se negó, porque consideró que si lo hacía, sus familiares les impondrían "lo mismo a mis hermanas".

Gracias a visados de estudiante, las tres hermanas pudieron huir a la República Turca del Norte de Chipre (RTNC), una entidad que solo reconoce Ankara, y que ocupa un tercio de Chipre. La isla está dividida desde 1974 tras la invasión turca como reacción a un golpe de Estado guiado por el régimen de los coroneles en Atenas.

Las hermanas Warsame atravesaron ilegalmente después la línea verde que divide la isla para entrar en la República de Chipre, un Estado miembro de la Unión Europea que tiene la tasa más alta de demandantes de asilo por habitante, según estadísticas europeas.

- "No hay futuro" -

Cuando supo que había sido elegida para instalarse en Italia, Hinda no "durmió durante una semana", asegura. "Soy musulmana pero admiro de verdad que el papa y la iglesia cristiana hayan decidido ayudarnos".

Issa Chama, de 37 años, y que huyó de Siria con su familia para refugiarse en el Líbano en 2017, es otro de los que se preparan para viajar a Italia.

Las embarcaciones chipriotas interceptaron su embarcación en el mar y lo separaron de sus tres hijos, de 12, 9 y 2 años. "No hay futuro para mis hijos" en el Líbano, se lamenta.

Junto a otros refugiados del mismo barco, sus hijos fueron devuelto al Líbano, mientras que Chama, por razones de salud, fue transferido a un hospital chipriota.

Ahora espera poder traer a sus hijos a Italia.

Chama, musulmán, también da las gracias al papa y a Italia. "Ningún país árabe (...) nos aceptó como refugiados. Los países occidentales, sin embargo, abren sus puertas para nosotros y nuestros hijos".

- "Ser pacientes" -

Grace Enjei, de 24 años, y Daniel Ejube, de 21, son otros de los elegidos. Llegaron a Chipre desde Camerún, una nación envuelta en violentos combates intracomunitarios.

"La situación allí era realmente terrible (...) no estábamos seguros", explica Ejube, que estaba amenazado porque se negó a enrolarse en milicias anglófonas.

Los dos cameruneses, de confesión cristiana, están muy contentos y "honrados" de haber sido escogidos por el papa.

Grace espera poder retomar sus estudios en Italia. Daniel, por su parte, espera llegar a ser futbolista, aunque "no conozco nada del fútbol italiano", confiesa.

A pesar de los peligros vividos, Grace Enjei no puede dejar de alentar a los migrantes que buscan una nueva vida, en la ruta del exilio "solo hay que estar tranquilo y ser paciente", explica.

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