EEUU augura una nueva era en la Copa Ryder, Europa mira a Roma-2023

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El equipo de golf de Estados Unidos celebró el domingo un rotundo triunfo en la Copa Ryder que considera el inicio de una nueva era de dominio ante Europa, que encajó el golpe mirando a la siguiente edición sin señalar a responsables.

Estados Unidos avasalló el domingo a Europa por 19-9 luciendo en su equipo a seis debutantes en el torneo y ocho golfistas menores de 30 años en el campo de Whistling Straits (Wisconsin).

Los locales, cuyos 19 puntos son la máxima de puntuación de un equipo en la historia del evento, completaron el relevo generacional respecto a sus antiguos referentes, en especial  Tiger Woods y Phil Mickelson.

"Esta es una nueva era para el golf de Estados Unidos", dijo el capitán norteamericano, Steve Stricker. "Son jóvenes. Están motivados. Lo querían. Vienen con mucha energía, mucha pasión, mucho juego. Es emocionante verlos. Es un grupo de chicos muy especial".

"¡Una actuación dominante de Estados Unidos!¡No puedo esperar a ver y celebrar con todos ustedes!", escribió en Twitter Tiger Woods, ausente del evento por las graves lesiones sufridas a inicios de año en un accidente automovilístico.

Con una imponente actuación, Estados Unidos frenó en seco la racha de cuatro triunfos en las últimas cinco Copas Ryder que registraba Europa con una escuadra que combinaba juventud pero también jerarquía, al reclutar a nueve de los 11 mejores clasificados del ranking PGA.

Dustin Johnson, número dos del mundo, se resarció de una temporada de pesadilla convirtiéndose en el quinto golfista en lograr un pleno de cinco victorias en cinco partidos en la Ryder.

A sus 37 años, Johnson es el veterano de un equipo de 29,4 años de media que cuenta con figuras emergentes como Xander Schauffele, flamante campeón olímpico en Tokio-2020, o Collin Morikawa, reciente ganador del Abierto Británico.

También brillaron veinteañeros como Patrick Cantlay, número cuatro mundial, o Scottie Scheffler, capaz de batir el domingo en su enfrentamiento individual al número uno mundial, el español Jon Rahm.

"No es solo el equipo estadounidense más fuerte que he visto, sino que todos han jugado bien, hasta el final", reconoció el británico Lee Westwood, veterano del equipo europeo a sus 48 años.

- Decepción europea -

Mientras la euforia se desataba en el lado estadounidense, la escuadra europea trataba de asimilar la derrota más abultada en este torneo bienal desde que hace más de tres décadas se permite participar a golfistas de la Europa continental.

"Tenemos un gran equipo pero esta semana fuimos superados. Cada sesión fue difícil", concedió el inglés Ian Poulter. "¿Pero, sabes qué? Son cosas como estas las que le hacen a uno más fuerte para el futuro".

El capitán europeo, Padraig Harrington, también encontró algunos signos de esperanza en la debacle.

"Hubo algunos buenos momentos, pero no los suficientes", admitió. "Nadie dejó de dar su corazón y su alma a este equipo. Se entregaron al 100%. Eso es todo lo que se puede pedir a los jugadores".

"Padraig va a ser cuestionado por esto y no es justo", recalcó Poulter. "Hizo un gran trabajo".

La derrota fue un duro golpe para el ex número uno mundial Rory McIlroy, que al igual que muchos de sus compañeros acabó en lágrimas, deseando haber hecho algo más por su equipo que ganar el primer partido de los individuales del domingo.

"Nadie estaba más decepcionado que yo por mi forma de jugar", dijo el norirlandés, que perdió sus tres juegos de parejas entre viernes y sábado. "Quería salir al campo y mostrar algo de carácter y resistencia, y lo hice".

McIlroy "no nos ha defraudado", recalcó el español Sergio García, una de las pocas notas positivas del conjunto europeo.

Ganador del Masters de Augusta en 2017, García llegó a Whistling Straits como el golfista con más puntos de la historia del torneo y, gracias a sus tres triunfos con Rahm en esta edición, se marchó también como líder de la clasificación de victorias, con 25.

Los golfistas europeos ya tenían la mente en una deseada revancha en la siguiente Ryder de 2023 en el Marco Simone Golf & Country Club de Roma, donde los estadounidenses tendrán el reto de imponerse en territorio rival por primera vez desde 1993.

"Escuché 'We Are the Champions' ahí fuera y a esos chicos celebrándolo", dijo McIlroy. "Si tenemos una oportunidad en Roma, y ojalá esté en ese equipo, esto hará que recuperar esta Copa sea aún más dulce".

js-gbv/cl