El Reino Unido y Francia dan primer paso para superar crisis por submarinos

Compartir
Compartir articulo

El primer ministro británico, Boris Johnson, propuso este viernes al presidente francés, Emmanuel Macron, "restablecer una cooperación" entre ambos países tras la crisis diplomática de los submarinos que involucró también a Estados Unidos y Australia.

Durante una conversación telefónica en la mañana "a petición de Londres", Johnson "expresó su intención de restablecer una cooperación entre Francia y el Reino Unido", conforme a "valores e intereses comunes", reza un breve comunicado del Elíseo.

"El presidente francés le respondió que espera sus propuestas", agrega la nota de la presidencia francesa, que cita como "intereses comunes" el clima, la región indopacífica y la lucha contra el terrorismo.

Según la oficina de Johnson, ambos dirigentes acordaron "continuar trabajando en estrecha colaboración" y subrayaron también "la importancia estratégica de [su] vieja cooperación en la región indopacífica y en África".

La conversación tuvo lugar dos días después de otra entre Macron y su par estadounidense, Joe Biden, que permitió reducir la tensión tras el anuncio del 15 septiembre de una asociación estratégica entre Estados Unidos, Australia y el Reino Unido.

Esta alianza sobre el Indopacífico implicó la anulación por Canberra de una multimillonaria compra de 12 submarinos franceses. En su lugar, las autoridades australianas adquirirán sumergibles de propulsión nuclear norteamericanos.

Francia llamó a consultas a sus embajadores en Washington y Canberra, pero tras la conversación con Biden, Macron decidió el regreso del diplomático Philippe Etienne a Estados Unidos.

En cambio, al criticar el "oportunismo permanente" del Reino Unido, en palabras del ministro francés de Exteriores, Jean-Yves Le Drian, Francia no consideró necesario llamar a consultas a su embajador en Londres.

Las relaciones bilaterales a ambos lados del Canal de la Mancha se degradaron en los últimos meses por la aplicación del acuerdo del Brexit, en materia de pesca especialmente, o por el control de los migrantes que llegan a las costas británicas desde Francia.

- Paciencia al límite -

En el caso de la pesca en las aguas de Jersey, Londres no quiere barcos franceses. En cuanto a los migrantes, flota la amenaza de reenviar a las costas está los migrantes que tratan de cruzar el canal de la Mancha.

"Estamos en el límite de nuestra paciencia", decía el jueves sobre los desacuerdos en pesca el secretario de de Estado de Asuntos Europeos francés, Clément Beaune.

"Hace tiempo que la relación no era tan tensa", dice la antigua embajadora francesa en Londres, Sylvie Bermann, autora del libro "Goodbye Britannia".

"En las capitales europeas muchos han pasado página de los desafíos post-Brexit, pero los británicos los siguen constatando a diario, y la narrativa de Johnson se ha construido sobre la intransigencia europea", especialmente de Francia.

De hecho, desde Londres suele atribuirse a Francia el papel de "policía malo" en la negociación que, además, estuvo dirigida por el francés Michel Barnier, recuerda Fabry.

"Por un lado tenemos un ministro británico que quiere demostrar que el Brexit es un gran éxito. Del otro, un presidente cuyo lema es europeo. Por lo tanto, es normal que haya desacuerdos", dice Bermann.

Sin embargo, "a nivel operativo, la cooperación y las relaciones siguen siendo buenas", asegura.

Por ahora, resiste la cooperación en defensa y seguridad, que todavía es estrecha. Francia, por ejemplo, necesita los helicópteros de transporte Chinook para transportar a sus efectivos desplegados en el Sahel.

bur-fz-vl-prh/jg/sg/dbh/tjc/mar/mis