Más de 420.000 personas desplazadas o damnificadas por inundaciones en Sudán del Sur

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Las fuertes inundaciones registradas desde mayo en Sudán del Sur han desplazado o damnificado a unas 426.000 personas, entre las cuales 185.000 niños, puesto que el agua ha cubierto sus viviendas y granjas, indicó este martes la agencia humanitaria de la ONU (OCHA).

Los equipos de auxilio han desplegado botes y canoas para llegar a las poblaciones afectadas, en tanto "se esperan aún más lluvias intensas e inundaciones (...) para los próximos meses", añade.

Las lluvias "han incrementado la vulnerabilidad de estas comunidades, con muchos de sus habitantes desplazados por las inundaciones que buscan refugio en iglesias y escuelas", señala la OCHA.

El año pasado, inundaciones récord afectaron a unas 700.000 personas sobre una población total de 11 millones en todo el país. Entre los desplazados en aquel momento, unos 100.000 todavía no han podido retornar a sus hogares, prosigue OCHA. Este año, 113 escuelas se vieron gravemente dañadas, lo que afectó la educación de muchos niños, añade la agencia.

En agosto, OCHA advirtió que solamente había recibido el 54% de los 1.700 millones de dólares (unos 1.400 millones de euros) necesarios para sufragar los programas de ayuda a ese país.

Estos recortes presupuestarios también obligaron al Programa Mundial de Alimentos (PMA) de las Naciones Unidas a suspender su ayuda alimentaria a más de 100.000 desplazados en Sudán del Sur, indicó esta agencia a comienzos de septiembre.

Cuatro de cada cinco sursudaneses viven en la "pobreza absoluta", de acuerdo a datos del Banco Mundial (BM) que datan de 2018, en tanto el 60% de la población padece hambruna como consecuencia de conflictos, sequías e inundaciones.

Desde su independencia de Sudán, en 2011, el país más joven del mundo se ha visto muy perjudicado por una crisis económico-política crónica, y lucha por recuperarse de las consecuencias de la guerra civil, que ha provocado casi 400.000 muertes y cuatro millones de desplazados, entre 2013 y 2018.

Fruto de un acuerdo de paz de 2018, Salva Kiir y Riek Machar, rivales durante la guerra civil, participan en un gobierno de unidad nacional, el primero como presidente y el segundo como vicepresidente.

Pero este gobierno se encuentra bajo la amenaza permanente de luchas por el poder, que retrasan el cumplimiento del acuerdo de paz y fomentan la violencia endémica y la crisis económica.

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