Viticultores franceses afectados tras incendio de viñedos

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LE CANNET-DES-MAURES, Francia (AP) — Después de que un incendio forestal arrasara una reserva natural cerca de la Costa Azul, los viticultores que cultivan la célebre cosecha de la región están haciendo un balance de los daños.

Las hileras de vides calcinadas se encuentran junto a una vasta extensión de vegetación negra y humeante devastada por el incendio que azotó la región durante una semana a finales de agosto.

El incendio dejó dos muertos, 27 heridos y obligó a evacuar a unas 10.000 personas en la región de Var, no muy lejos del famoso centro turístico costero de Saint-Tropez. La zona es conocida por sus vinos rosados Cotes de Provence.

En al menos una pequeña finca vitivinícola todas sus vides quedaron completamente destruidas. Y las uvas que sobrevivieron están demasiado dañadas por el humo para producir un vino que pueda comercializarse.

Pierre Audemard, del viñedo Domaine de la Giscle, perdió su bodega llena de reservas y su equipo en el incendio. “Estamos recibiendo cientos de mensajes de gente que quiere comprar nuestro vino, pero no nos queda nada”, dijo a la emisora local France-Bleu.

El grupo vitivinícola MDCV, propietario de varios viñedos en la región afectada, se considera más bien afortunado, pero sigue teniendo pérdidas.

Un 15% de las vides del viñedo Chateau des Bertrands del grupo se quemaron. Un par de hileras de vides quemadas separan el resto del viñedo del bosque ennegrecido.

Gracias a los esfuerzos de los bomberos y a la distribución de los viñedos, el fuego se detuvo a tiempo.

“Los viñedos actúan como un muro cortafuegos natural, separan los vientos e impiden que el fuego se desplace de una parcela a otra”, explica Maxime Mathon, responsable de comunicación de MDCV.

Otros no tuvieron tanta suerte. Una finca vinícola más pequeña situada al otro lado de la carretera, enclavada en una densa zona de árboles y vegetación, fue consumida por completo por el vertiginoso incendio.

Mientras los bomberos entraban a un viñedo que estaba siendo acorralado por el fuego, una familia que se había quedado en lugar de evacuar intentaba apagar las llamas más pequeñas con palas de jardinería.

Para los viticultores que han tenido la suerte de no perder sus cosechas, su atención se centra ahora en los efectos persistentes que podrían amenazar su producción de vino durante la próxima cosecha.

“Incluso si un viñedo no ha sido tocado directamente por el fuego, los vientos humeantes pueden afectar al sabor del vino”, dijo Mathon.

“Tendremos que hacer catas muy estrictas en esta cosecha para asegurarnos de que el producto que creamos es de la calidad habitual”, agregó.