Karsten Warholm, el vikingo con alma de 'showman'

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En un atletismo huérfano de un gran 'showman' desde la retirada de Usain Bolt, el noruego Karsten Warholm, que este martes se colgó su primer oro olímpico con un estratosférico tiempo de 45.96 con el que batió su propio récord mundial de 400 metros vallas, podría aspirar al trono vacante.

No suele pasar desapercibido. Se automotiva antes de las carreras dándose bofetadas, pequeños golpes. Tras volar en la pista de Tokio se abrió su maillot para dejar el pecho al descubierto mientras lanzaba un grito, sintiéndose más superhéroe que nunca.

Pero si en la pista es temible, un auténtico Godzilla dispuesto a arrasar con todo salto a salto, pero en las redes sociales ha ido forjando una reputación de bromista, como deja bien claro en las redes sociales.

En Instagram, Warholm, de 25 años, acostumbra a publicar imágenes de sus entrenamientos y sus viajes, pero en muchas de ellas permitiéndose un momento de divertimento.

Una que ha repetido en varias ocasiones en el pasado es la de posar de espaldas, incluso en calzoncillos, dejando ver un hilo de agua con el que simula que está orinando delante de un paisaje. El líquido que se ve proviene realmente de una botella de agua que oculta con su cuerpo.

Pero con el que realmente ha constituido en las últimas temporadas un dúo cómico es con su entrenador Leif Olav Alnes, con tiene cuatro décadas más que él pero con el que se entiende a la perfección.

Juntos trabajan desde 2015, cuando este exatleta de pruebas combinadas (llegó a sumar 7.764 puntos en decatlón en categoría júnior) optó por trabajar a su lado.

"Para mí fue un flechazo inmediato. Vale, era viejo y hablaba de jubilarse, pero yo estaba seguro de que iba a ser perfecto para mí, simplemente tenía que convencerle de que aceptara esta aventura", explicó a Spikes, la revista de la Federación Internacional de Atletismo (World Athletics, ex IAAF).

En las redes sociales, los dos han bromeado con su diferencia de edad y de físico.

A principios de año, ambos posaron con el torso al descubierto rodeados de botellas, alguna de gran tamaño, y con una copa de vino servida en la mesa. El torso musculado de escultura griega de Warholm, contra un sonriente y relajado Alnes, superando los 60 años y sin atisbo de la musculatura de su pupilo.

- Menos cerveza -

Warholm también ha compartido fotos en la que apunta a su maestro con una pistola de agua, simulando una escena de tortura, con el técnico atado. Ilustraba entonces de forma humorística cómo había tenido que batallar contra la postura de mentor para que le dejara correr en el Europeo bajo techo de marzo de 2019 en Glasgow.

"Es un amor bruto, algo rudo, esa es la descripción perfecta de nuestra relación. Me gusta que las cosas sean así. El año pasado me dijo que estaba demasiado gordo. Yo le dije que él también estaba demasiado gordo. Y los dos perdimos peso después de eso. Él se puso a comer verdura, dejó casi por completo la carne, y yo dejé de tomar cervezas y dulces. Nos funcionó", contó entonces Warholm.

Durante el tiempo que tuvo que pasar en cosa confinado por la pandemia, uno de sus pasatiempos fueron las construcciones de Lego. Desde el Tower Bridge de Londres a castillos o coches de lujo. Bloque a bloque.

En la pista, su progresión ha sido meteórica.

Quedó en puertas de la final olímpica en Rio-2016, pero un año más tarde, en Londres-2017, se proclamaba ya campeón del mundo casi por sorpresa, un título que revalidó en Doha-2019.

El 'Vikingo Loco' (1,87 m, 80 kg) no ha dejado de mejorar sus marcas y este 2021 ha sido el de su gran salto, derribando la vieja plusmarca mundial de los 400 metros vallas, que estaba en pie desde hacía casi tres décadas (Kevin Young, 48.78 desde Barcelona-1992). Primero con 46.70 a principios de julio y ahora bajando hasta 45.94, por debajo de la barrera simbólica de los 46 segundos.

Por su edad, puede además que el 'show' no haya hecho más que comenzar.

dr/psr