Melbourne retoma confinamiento mientras Australia intenta contener brote de covid-19

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Las calles de Melbourne amanecieron en silencio este viernes al iniciar su quinto confinamiento, mientras Australia intenta contener un brote de la variante Delta del covid-19 en sus dos ciudades más grandes.

Más de 12 millones de personas están bajo órdenes de permanecer en casa, luego de que Melbourne inició el cierre, uniéndose a Sídney que lleva varias semanas de encierro.

"Usted mira alrededor de la ciudad hoy, no hay nadie, la ciudad está dormida", comentó a AFP Mike Cameron, un poblador de Melbourne.

Los habitantes solo pueden dejar sus casas por ciertos motivos, como hacer ejercicios o comprar bienes esenciales, y muchos esperan que la medida dure poco tiempo.

"Esperamos que sean solo cinco días, creo que eso sería muy manejable", comentó Matilda Dempsey, residente de Melbourne de 18 años.

"Creo que Sídney comenzó un poco tarde, y ahora como que están atrapados en una situación peor", agregó.

Las autoridades en todo el país luchan por detectar y prevenir la propagación del virus entre una población, que en su mayoría no está vacunada.

Melbourne registró cinco casos el viernes, todos ligados a focos de contagio conocidos, y el brote total es de 24 contagios.

Pero un número creciente de sitios de exposición, incluido un reciente partido de rugby de Australia contra Francia en la ciudad, generó temores entre las autoridades de que miles de personas habrían entrado en contacto con el virus.

En Sídney, epicentro del último brote, los datos oficiales indican que hay transmisión comunitaria del virus puesto que el número de casos diarios volvió a subir a poco menos de 100.

"Es una variante muy peligrosa y es por eso que todos nosotros necesitamos cuidarnos", dijo el ministro de Salud del estado de Nueva Gales del Sur, Brad Hazzard.

El cierre en Sídney deberá continuar al menos dos semanas más, mientras las autoridades intentan contener el brote comunitario del coronavirus, que ha alcanzado más de mil casos en un mes.

Australia ha sido reconocido por su exitoso manejo de la pandemia, con pocos casos y muertes desde el inicio, pero la lenta vacunación ha obligado a aplicar cierres mientras otros países comienzan a reabrir.

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