Entre apóstoles y vinos, el Ratskeller de los vinos eternos en Bremen

Compartir
Compartir articulo
Karl-Josef Krötz, maestro de bodega del Ratskeller de Bremen, junto al tonel que alberga el vino de tonel más antiguo de Alemania, el "Rüdesheimer Apostelwein", de 1653. El Ratskeller se encuentra en el sótano del ayuntamiento de Bremen, construido entre 1405 y 1409. Foto: Mohssen Assanimoghaddam/dpa
Karl-Josef Krötz, maestro de bodega del Ratskeller de Bremen, junto al tonel que alberga el vino de tonel más antiguo de Alemania, el "Rüdesheimer Apostelwein", de 1653. El Ratskeller se encuentra en el sótano del ayuntamiento de Bremen, construido entre 1405 y 1409. Foto: Mohssen Assanimoghaddam/dpa

Quien visite el Ratskeller (bodega en el sótano del edificio del ayuntamiento) de la ciudad alemana de Bremen debería disponer de tiempo. No es un lugar para visitas relámpago ni pasos apresurados, sino que más bien llama a detenerse.

El discípulo favorito, Juan, a la izquierda; la roca de la iglesia, Pedro, a la derecha: así es como el visitante entra en la cámara del tesoro de vinos de tonel. En la Bodega de los Apóstoles, situada bajo el ayuntamiento de Bremen, construido en torno a 1550, se almacenan 12 toneles que llevan el nombre de los apóstoles de Jesús.

"La mitad (de los barriles) están aún llenos", afirma Karl-Josef Krötz. El maestro de bodega del Ratskeller también recorre con profundo respeto la bóveda de crucería, iluminada únicamente por velas, donde se almacena el vino de tonel más antiguo de Alemania, un vino de Rüdesheim de 1653, en el denominado Rosekeller contiguo.

"Esto no se puede profanar", comenta el hombre de 64 años, que se trasladó del Mosela al Weser hace más de 30 años. Es uno de los dos únicos maestros de bodega de Ratskeller en Alemania.

Su asistente, Claudia Staffeldt, presenta los dos espacios como el "sanctasanctórum del mundo de los vinos alemanes". El uso de vocabulario litúrgico y eclesiástico no parece inadecuado en este lugar, especialmente cuando las poderosas campanas de la catedral de Bremen, justo enfrente, hacen sonar el tañido del mediodía, que traspasa incluso los gruesos muros del sótano.

"Simplemente huela", recomienda Staffeldt poco antes del ingreso. Posteriormente el visitante se sumerge en un profundo silencio y en el intenso y especiado aroma a vino de los siglos.

"Angel's Share" o "Parte de los ángeles" se denomina la parte del vino o del whisky que se evapora durante el añejamiento en el tonel y que se destina proverbialmente a los ángeles.

El motivo por el cual el Ratskeller bajo el ayuntamiento de Bremen -construido entre 1405 y 1409 y declarado Patrimonio Mundial de la Unesco en 2004- atrae anualmente a entre 12.000 y 13.000 visitantes a su bóveda es claro: "Aquí se añeja la mayor selección de los mejores vinos alemanes existente en el mundo", afirma Krötz.

Cinco mil metros cuadrados de superficie a una profundidad de entre cuatro y seis metros, los pasillos suman alrededor de un kilómetro de largo.

Solo dos personas pueden abrir la cámara del tesoro de vinos en botella: el maestro de bodega del Ratskeller y el alcalde de Bremen.

Alrededor de 8.000 botellas se encuentran allí, en parte desde hace siglos, aseguradas tras gruesas barras en altas estanterías de piedra, ordenadas por año de cosecha, envueltas en finos folios de plástico transparente para proteger las etiquetas.

Un fresco húmedo de unos ocho grados de temperatura rodea las finas gotas. El vino embotellado más antiguo es el "Rüdesheimer Apostelwein" (vino de los apóstoles, de Rüdesheim), de la cosecha 1727. Y todavía se encuentra a la venta, aunque la botella de 0,35 litros cuesta unos 2.500 euros (unos 2.970 dólares).

Pero no es la edad la que determina la calidad ni el precio. Porque, por ejemplo, para un vino de la cámara del tesoro del gran verano de 1959 -"Joh. Jos. Prüm - Wehlener Sonnenuhr Riesling Trockenbeerenauslese 1959" (vino muy dulce a base de uvas seleccionadas)- se pagan en una subasta, si todo marcha muy bien, hasta 20.000 euros.

"Nos encontramos sobre un exquisito fundamento", afirma Birgitt Rambalski, quien trabaja sobre los tesoros de vino en el ayuntamiento como jefa de protocolo del Senado (Gobierno) de la norteña ciudad de Bremen.

Rambalski sabe cuán importante es el vino del Ratskeller para el renombre y la representación de la ciudad hanseática. Ya sean reyes, reinas, cancilleres, embajadores o delegaciones de países lejanos, en los actos oficiales de Bremen, el vino procede exclusivamente del Ratskeller.

El 90 por ciento de las botellas llevan el escudo de armas con la llave de Bremen. Y, como hace 600 años, el vino se sigue comercializando hoy en día.

Con el Riesling "Erdener Treppchen", el vino oficial del Gobierno de Bremen procedente de una empinada ladera del Mosela llamada el "Viñedo de Bremen", la ciudad hanseática del norte de Alemania, situada a 450 kilómetros del viñedo más cercano, tiene incluso un vino propio.

Como punto culminante del Día del Patrimonio Mundial de la Unesco de este año el 6 de junio, se subastó en Bremen una botella de vino de 100 años, del Hesse Renano, por unos 5.000 euros.

Una portavoz del Ratskeller, donde se llevó a cabo la subasta online, precisó que la botella de vino de 0,7 litros era un "Niersteiner Pettental Riesling de 1921, segunda terraza de la mejor vendimia de uvas seleccionadas del Hesse Renano". El verano de 1921 es considerado, junto al de 1959, una de las mejores cosechas de la viticultura alemana.

Asimismo, otros dos exclusivos vinos pasaron bajo el martillo por un total de unos 2.000 euros. Lo recaudado se destina a la conservación del ayuntamiento de Bremen y de la estatua de Rolando, ambos monumentos Patrimonio Mundial de la Unesco.

"Una botella semejante se abre en ocasiones muy especiales y, en general, en compañía de personas especiales", afirma el maestro de bodega Krötz. "No se trata de cualquier vino, sino de vinos de primera línea que tienen talento, que maduran hasta alcanzar la verdadera grandeza con la edad y son inmortales", añade.

dpa