Migrantes escépticos pese a visita de Kamala Harris a México

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Irma, una hondureña expulsada hace poco de Estados Unidos a México, no tenía idea de la visita que realiza este martes al país la vicepresidenta Kamala Harris, pero al enterarse no pudo ocultar su escepticismo respecto a un cambio para los migrantes.

Su precariedad en un albergue de la mexicana Ciudad Juárez (frontera norte), donde permanece con dos de sus cuatro hijos, y un pasado de pobreza y violencia en Honduras dejan poco espacio para ilusionarse con el plan estadounidense de atender las causas de la migración ilegal.

"A nosotros nos tiran de repente (de Estados Unidos) y nadie nos dice nada", dijo a la AFP Irma Escobar, de 33 años, sobre su expulsión hace cuatro meses bajo el Título 42.

Esa norma fue instaurada en marzo de 2020 por el entonces mandatario Donald Trump para prevenir la propagación del covid-19.

Irma cuenta que emigró de Honduras con sus hijos de cuatro y 12 años porque una pandilla pretendía reclutar al mayor por la fuerza.

En su país trabajaba como cocinera de día y lavando ropa de noche. Dejó a otros dos hijos de siete y nueve años con su madre porque no le alcanzó el dinero para llevarlos a la frontera entre México y Estados Unidos.

"Salimos huyendo", afirma la mujer, para quien la migración irregular quizá se pudiera frenar "mandando ayuda, con maquiladoras (fábricas), porque allá (en Honduras) no hay trabajo".

- Desconfianza -

Harris y el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, se reunieron este martes para conversar sobre la creciente migración irregular -especialmente de centroamericanos-, que se proponen resolver atendiendo sus causas.

El lunes, en Guatemala, la vicepresidenta reconoció que aunque su país está comprometido a ayudar a resolver la problemática, la solución no está a la vuelta de la esquina.

"No vamos a ver un retorno inmediato. Pero vamos a ver progresos", declaró a la cadena NBC.

"Aunque digan que están combatiendo (las causas), siempre se da la violencia", comentó a la AFP Laurent Nicole Bueso, hondureña de 19 años, también refugiada en Ciudad Juárez.

La joven y su madre, con quien emigró en agosto de 2019, se acogieron a los Programas de Protección a Migrantes (MPP), lo que les permitiría obtener asilo en Estados Unidos.

Laurent asegura que emigró luego de que su mamá, quien trabajaba como profesora, fuera amenazada por un alumno pandillero. La joven se confiesa invadida por la desconfianza.

"En nuestro país falta un buen presidente (...), hay más migrantes de Honduras que de otros países. No se puede confiar ni en el presidente, ni en la policía, ni en nadie ahí", dijo.

- Parar la violencia -

Para el padre Francisco Javier Calvillo, director del albergue Casa del Migrante en Ciudad Juárez, lo más urgente es atender el problema de violencia en el Triángulo Norte, conformado por Guatemala, El Salvador y Honduras.

"De nada va a servir que la gente vaya y ponga sus empresas cuando la mayoría de la gente salió huyendo precisamente porque estaba en peligro su vida (...) o porque incluso ya les mataron" a un familiar, advirtió Calvillo.

En abril se registraron en Estados Unidos unas 178.000 detenciones de indocumentados en la frontera con México, en su mayoría centroamericanos, la cifra más alta en 20 años, según autoridades de ese país.

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