El líder saharaui vuelve a Argelia tras la grave crisis entre España y Marruecos

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El líder de los independentistas saharauis del Frente Polisario, Brahim Ghali, llegó el miércoles a Argelia, luego de una hospitalización en España que provocó una grave crisis entre Madrid y Rabat.

La salud del presidente de la autoproclamada República Árabe Saharaui Democrática (RASD) mejoró y ya no era necesaria su hospitalización en España, según fuentes allegadas Brahim Ghali.

Sin embargo a su llegada el líder del Polisario fue internado en el hospital militar de Ain Naadja, en Argel, donde recibió la visita del presidente argelino, Abdelmadjid Tebboune, y del jefe del Estado Mayor, Saïd Chengriha, según imágenes de la televisión pública.

Argelia es el principal apoyo del Frente Polisario, movimiento que milita por la independencia del Sáhara Occidental y enemigo jurado de Rabat.

La visita al jefe guerrillero era un "deber", aseguró el presidente argelino.

La partida de Ghali se produjo después su declaración el martes por vía telemática ante un juez de la Audiencia Nacional, un alto tribunal con sede en Madrid, por dos querellas recientemente reactivadas, por presuntos delitos de "torturas" y "genocidio".

Tras la declaración, el juez decidió no inculpar a Ghali y rechazó imponerle las medidas cautelares solicitadas por las acusaciones, como prisión provisional o retirada del pasaporte.

El tribunal señaló que las acusaciones no suministraron elementos "que avalen la existencia de motivos bastantes para creerle responsable de delito alguno".

- Migrantes en Ceuta -

La hospitalización de Ghali en Logroño (norte de España) debido a complicaciones ligadas al covid-19 desató una grave crisis diplomática entre Madrid y Rabat, que alcanzó su punto culminante hace dos semanas cuando Marruecos dejó que unos 10.000 migrantes cruzaran a nado desde su territorio hacia el enclave norteafricano español de Ceuta.

Queda por ver si su marcha, anunciada esta vez por Madrid a Rabat, permitirá rebajar la tensión entre ambos países. De momento, el Ejecutivo español pasó de acusar de "chantaje" y "agresión" a Rabat a pedir unas "relaciones respetuosas, absolutamente constructivas".

Por su parte, las autoridades marroquíes guardaban silencio, aunque el martes su monarca Mohamed VI deseó resolver "definitivamente" la cuestión de los menores marroquíes en situación irregular en Europa, cientos de ellos varados en Ceuta tras la entrada masiva de mayo.

El lunes, el gobierno marroquí había indicado que la crisis no "termina con la marcha" de Ghali puesto que está vinculada con la posición española sobre el Sáhara Occidental, "causa sagrada para todo el pueblo marroquí".

- Presión por el Sáhara -

Según una fuente diplomática bajo anonimato, los marroquíes "hacen planear la amenaza de una ruptura de las relaciones diplomáticas con España pero la cuestión es saber si llegarán a eso".

Isaías Barreñada, profesor de relaciones internacionales en la Universidad Complutense de Madrid, estima que Rabat "no puede agarrarse a nada" una vez marchado Ghali, puesto que su presencia era "un pretexto para presionar Madrid y su posición sobre el Sáhara".

Para numerosos analistas, el origen de esta crisis estaría vinculada a la intención de Rabat de presionar a la Unión Europea para establecer una posición sobre el Sáhara más favorable a sus intereses, especialmente después de que Donald Trump reconociera, al final de su mandato, la soberanía marroquí sobre este territorio.

Excolonia española, el Sáhara Occidental es una gran área desértica situada al norte de Mauritania y considerada por la ONU como "territorio no autónomo", ya que su estatus no ha sido fijado de forma definitiva.

El Frente Polisario exige que se celebre un referendo de autodeterminación contemplado por la ONU, mientras Marruecos propone a lo sumo una autonomía bajo su soberanía.

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