Dublín denuncia proyecto británico de cesar los juicios por crímenes en Irlanda del Norte

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El gobierno de la República de Irlanda se declaró el jueves "profundamente alarmado" por los planes del ejecutivo británico de poner fin a los juicios por los crímenes cometidos durante las tres décadas de sangriento conflicto en Irlanda del Norte.

El gobierno de Boris Johnson ha prometido legislar para impedir que se sigan juzgando los delitos cometidos durante esos enfrentamientos en la provincia británica entre los católicos partidarios de la reunificación con Irlanda, los protestantes que defendían su pertenencia al Reino Unido y el ejército británico.

Según los medios, la medida se aplicaría a los soldados británicos que intervinieron en el conflicto y a los paramilitares.

Y habría excepciones para permitir juzgar los crímenes de guerra -como la tortura- cometidos durante el conflicto, que costó unas 3.500 vidas durante 30 años.

"El gobierno y yo estamos profundamente alarmados" por el plan, afirmó el jueves el vice primer ministro Leo Varadkar ante la cámara baja del Parlamento irlandés.

"Esto es algo que no apoyaríamos porque respaldamos a las víctimas y a las familias", añadió, insistiendo en que "tienen derecho a saber lo que pasó y tienen derecho a la justicia".

El martes en Belfast, dos exsoldados británicos fueron absueltos del asesinato de un miembro del IRA en 1972, tras un juicio cuya celebración había enfurecido a militares en activo y retirados en un contexto de tensiones comunitarias reavivadas en Irlanda del Norte por el Brexit.

Según el denominado indice Sutton, que recopila las muertes, elaborado por la Universidad del Ulster, el ejército británico es responsable de unos 300 homicidios, cometidos durante las operaciones que terminaron oficialmente en 2007.

Muchas familias de víctimas que murieron en operaciones militares durante el conflicto consideran que los planes del gobierno británico representan una amnistía de parte del Estado.

Por su parte, los familiares de los asesinados por los paramilitares están consternados ante la idea de conceder indultos a organizaciones armadas ilegales.

Johnson se comprometió hace dos años a poner fin a estos juicios "vejatorios" contra los soldados británicos.

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