Etiopía prepara elecciones "imperfectas" para el 5 de junio pese a las crisis

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El primer ministro Abiy Ahmed había prometido organizar las elecciones más democráticas de la historia de Etiopía, pero a un mes de los comicios, entre el conflicto en Tigré, las violencias político-étnicas y los obstáculos logísticos, la simple celebración de la elección parece un milagro.

El primer ministro prometió las elecciones cuando llegó al poder en 2018. Desde entonces, el cuadragenario insufló un viento de reformas en el segundo país más poblado de África: liberación de presos políticos, liberalización parcial de la economía y una paz concluida con Eritrea que le valió el premio Nobel de la Paz 2019.

Pero en la actualidad, el jefe del ejecutivo se enfrenta a una serie de crisis profundas y letales que hacen que muchos observadores piensen que las elecciones del 5 de junio, en las que los etíopes elegirán a sus diputados -que eligen al primer ministro- serán como mucho imperfectas.

"Existe un amplio consenso en que las elecciones no serán perfectas. Es un eufemismo suave. Habrá carencias, motivos para criticarlas y mucho que mejorar", resume un diplomático que sigue de cerca la situación.

El conflicto del Tigré, que empezó hace seis meses y se ha traducido en un "desastre humanitario", según el departamento de Estado norteamericano, es la crisis de seguridad actual más acuciante.

Los comicios han sido aplazados sin fecha en esta región septentrional de unos 6 millones de habitantes.

Pero la presidenta de la comisión electoral, Birtukan Mideksa, ha identificado otros focos de violencia que han llevado a sus equipos a suspender sus actividades, en particular, en algunas zonas de las regiones más pobladas del país como Oromia y Amhara.

- "Resurrección" -

El primer mandato de Abiy Ahmed estuvo acompañado por el resurgimiento de conflictos locales -a menudo territoriales - que sus predecesores habían logrado acallar mediante una feroz represión.

Los últimos episodios de violencia, marcados por el recurso a las armas automáticas y a los incendios voluntarios masivos, provocaron centenares de muertos en marzo en la región de Amhara.

La tarea de la comisión electoral es todavía más ardua que en tiempos normales, pues organizar elecciones generales es un auténtico desafío en un país de 1,1 millones de Km2 con infraestructuras deficientes y con más de 110 millones de habitantes.

A mediados de abril, Birtukan anunció que solo la mitad de los 50.000 centros de inscripción de electores estaban abiertos y que en las regiones de Afar y Somalí no funcionaba ninguno.

En Adís Abeba, una ciudad de 5 millones de habitantes, solo 200.000 se habían inscrito en las listas. Los escasos mítines electorales y los afiches del Partido de la Prosperidad de Abiy recuerdan a los habitantes de la capital la cercanía de las elecciones.

En su mensaje a la nación este fin de semana con motivo de la Pascua ortodoxa, el primer ministro aseguró que las elecciones constituirían "uno de los capítulos de la resurrección de Etiopía".

En la oposición, algunos quieren creer que los comicios podrían marcar una ruptura con relación a los de 2015 y 2010, donde la coalición en el poder desde 1991 había ganado por goleada.

Para el jefe del partido de la oposición Ezema, Berhanu Nega, los dirigentes etíopes actuales comprenden que "no puede haber paz si el gobierno en el poder no tiene legitimidad popular".

- Unción popular -

Abiy fue designado en 2018 por la coalición en el poder para reemplazar a su predecesor, que fue barrido por un gigantesco movimiento de manifestaciones antigubernamentales y los comicios de junio deberían conferirle la unción popular de la que carece.

Pero responsables de la oposición fueron detenidos, como Jawar Mohamed - y varias formaciones decidieron boicotear las elecciones a las que tildan de farsa.

Estas elecciones "no van a cambiar el paisaje político", según Merera Gudina, cuyo Congreso Federalista de Oromo (OFC), muy popular en la región oromia, no participará en los comicios como tampoco lo hará el otro gran partido de oposición en esta región, el Frente de Liberación Oromo (OLF).

Pero el gobierno de Abiy parece determinado a seguir adelante.

"El 5 de junio, #Etiopía decide", dijo recientemente la portavoz del primer ministro, Billene Seyoum, en su cuenta de Twitter.

"Aunque parezca imperfecto, el camino de la democratización del país solo puede ser definido y determinado por su pueblo", agregó Billene.

La Unión Europea anunció que no enviará ninguna misión de observación a la elección, pese a que ha contribuido a financiarla con 20 millones de euros. La razón hay que buscarla en la falta de acuerdo con el gobierno etíope sobre los medios de comunicación de los observadores y su independencia.

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