Nueva sangría de puestos de trabajo en la banca española

Compartir
Compartir articulo

Adiós a la oficina bancaria a la vuelta de la esquina en España. La banca del país, antes dotada de legiones de empleados, reducirá miles de puestos de trabajo en 2021, un fenómeno iniciado hace diez años y acelerado por la pandemia.

Dos de los bancos más grandes del país anunciaron esta semana una profunda reestructuración de sus plantillas: alrededor de 8.300 despidos en CaixaBank y 3.800 en BBVA, lo que supone casi un 18% y un 16% de sus efectivos en España, respectivamente.

"Salvaje", "escandaloso", dijeron los importantes sindicatos UGT y Comisiones Obreras sobre estos planes, que se suman al recorte de 3.500 empleos en Banco Santander (el mayor banco español) y de 1.800 en Banco Sabadell anunciados en 2020.

Los argumentos son casi idénticos: en un contexto de intereses bajos que se alargará a causa de la pandemia, deben reducir costes y disminuir sus oficinas físicas en desuso por el impulso de los servicios bancarios en línea.

Las transacciones digitales de los clientes de BBVA en España aumentaron un 87% en dos años, mientras que las transacciones en sucursales cayeron un 48%, argumentó el banco.

Pero para sus plantillas, llueve sobre mojado: entre 2008 y 2019, el sector prescindió de casi un 40% de sus empleados, alrededor de 100.000 personas, sacudido por la crisis financiera que llevó a un rescate público masivo para salvar los bancos del colapso.

- Consolidación -

Las cajas de ahorro locales, que habían alimentado la burbuja inmobiliaria de los años 2000 dando préstamos a diestra y siniestra, fueron absorbidas por los grandes bancos, que se deshicieron de muchos efectivos.

En un decenio, el número de bancos en España se dividió por dos, según un informe de Moody's.

"El sistema bancario español ha atravesado uno de los procesos de consolidación más profundos de Europa", señala la agencia de calificación.

Entre 2008 y 2019, España es el país europeo que eliminó más sucursales bancarias (-48%) y empleos (-37%), muy por encima de la media continental (-31% y -19% respectivamente).

En la vecina Francia, solo se eliminaron un 9% de las oficinas y un 6% de los empleos, de acuerdo con las cifras de Moody's.

"Siempre digo que en España, al final, tenemos dos cosas: bares y sucursales bancarias. Había un exceso del número de sucursales", opina Ricardo Zion, profesor de finanzas en la escuela EAE Business School.

"Es un modelo que no es rentable ya. La gente ya no va a las oficinas, solo la gente mayor", añade.

En 2008, España contaba con 105 sucursales por 100.000 habitantes, triplicando la media europea, según datos del Banco Mundial recogidos por Moody's.

En 2019, aunque se redujeron a 46, la cifra todavía duplica la media europea.

"No ha terminado el proceso de ajustes de empleo" ni las fusiones, augura Robert Tornabell, especialista de finanzas y profesor de la escuela de negocios ESADE.

Para ser rentables, "los bancos tienen que ganar tamaño (...) y cerrar las oficinas que necesitan muchos empleados pero no compensan los gastos", especialmente en zonas rurales despobladas, apunta.

Si el contexto ya es difícil, la pandemia del covid-19 "agrava el problema" porque en una economía al ralentí, los bancos prestan menos, ganan menos dinero con las comisiones y buscan rentabilidad en otras partidas, analiza Zion.

En el caso de CaixaBank, la absorción de Bankia, oficializada a finales de marzo dando lugar a la entidad con más activos en España, provoca duplicidades y oir consiguiente la eliminación de numerosas oficinas en ciertas regiones, a veces situadas frente a frente, dice Tornabell.

Para los empleados, esta nueva ola de despidos puede ser más traumática que las precedentes, basadas principalmente en jubilaciones anticipadas.

CaixaBank prevé que la mitad de los despidos afecten a trabajadores de menos de 50 años.

"No veo fácil que este tipo de personas pueda reincorporarse al mercado laboral", teme Zion.

"Se trata de personas que tienen una alta formación y, por tanto, un capital humano que tiene que ser preservado lo más posible", dijo el jueves la ministra de Economía Nadia Calviño, mostrándose preocupada "por los altos sueldos y los bonos de altos directivos de las entidades financieras" que precisamente están recortando personal.

emi/dbh/avl/mis