En primera línea contra el cambio climático, jóvenes activistas son blanco de amenazas

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Apenas unas semanas después de que las fuerzas de seguridad filipinas mataran presuntamente a su amigo y defensor de derechos humanos Melvin Dasigao y a otros ocho activistas, Mitzi Jonelle Tan volvió a salir a las calles en nombre de la lucha climática.

"¡Dejen de financiar nuestra destrucción!", gritó la joven de 23 años frente al banco británico Standard Chartered, en una manifestación en Manila el mes pasado contra el financiamiento de plantas de carbón.

Como esta filipina, muchos jóvenes activistas de países pobres que ya están sufriendo las consecuencias del cambio climático se movilizan para hacer sonar la alarma, exponiéndose en ocasiones a la represión policial, la prisión e incluso la muerte.

Al menos 212 militantes medioambientales fueron asesinados en 2019, una cifra récord, según un informe publicado en julio por la ONG Global Witness.

Pero muchos no se dejan intimidar.

"Estoy dispuesta a correr este riesgo porque estamos luchando por el planeta en el que vivimos", dijo a la AFP Tan, cuyo país sufre tifones cada vez más potentes.

Filipinas es el segundo país más peligroso del mundo para los activistas, después de Colombia, según Global Witness.

La ONU deploró la muerte de nueve activistas el 7 de marzo en Filipinas, en operaciones contra presuntos insurgentes comunistas.

- De Bolivia a Kenia -

Bolivia, donde vive la joven activista Michel Villarreal, también es especialmente vulnerable al alza de las temperaturas, con la multiplicación de incendios forestales, inundaciones y el deshielo de los glaciares, según un informe publicado en diciembre por la ONG Oxfam.

Y Villarreal denuncia la actuación de las fuerzas de seguridad, como cuando la policía destruyó una instalación con árboles durante una manifestación en noviembre en La Paz, con motivo del Día Mundial de la Infancia.

"Fue muy triste. Solo queríamos que la gente se diera cuenta de la situación en la que vivimos", contó a la AFP esta estudiante de Derecho, de 18 años.

"No logramos tener un impacto porque siempre nos están frenando y amenazando", dijo Villarreal.

En África, Kenia es responsable de menos del 0,1% de las emisiones globales de CO2, según el sitio web Worldometer, pero sufre cada vez más sequías e inundaciones.

El joven Kevin Mtai vio cómo unas lluvias torrenciales se llevaron parcialmente la casa de su abuela así como sus vacas y gallinas en la región occidental de Baringo en 2019.

Comprometido desde entonces, Mtai participó en julio pasado en una campaña para exigir que se paralizara la construcción de un hotel en el Parque Nacional de Nairobi con el fin de proteger la fauna local.

Los activistas fueron tildados de "turbulentos" por un alto responsable en televisión y a partir de entonces Mtai y uno de sus compañeros empezaron a recibir amenazas.

"Me escondí, no quería que me encontraran. En Kenia te pueden matar y hacerte desaparecer", dijo este joven de 25 años.

Human Rights Watch denunció el año pasado la impunidad de los autores de violaciones de derechos humanos en Kenia.

Pero Mtai sigue luchando y actualmente prepara un documental sobre la exportación de residuos plásticos a Kenia, como parte de la campaña "África no es un contenedor".

- "La última oportunidad" -

La pandemia del coronavirus ha dificultado no obstante las acciones militantes y muchos temen no poder estar presentes en la COP26 sobre clima, prevista en noviembre en Glasgow (Reino Unido), debido a la lentitud de las campañas de vacunación.

"Para gente de mi edad y clase social en Nigeria, no hay ninguna esperanza de vacunarnos pronto", dijo a la AFP Kelo Uchendu.

Este activista de la ciudad sureña de Enugu defiende que "mucha gente cree que el problema es del Norte y que nosotros debemos concentrarnos sobre todo en flagelos como la corrupción en vez del cambio climático".

Pero este joven de 25 años subraya la importancia de promover iniciativas medioambientales también en Nigeria, gran productor de petróleo y principal economía de África.

De cara a la COP26, la boliviana Villarreal destaca la importancia de que los líderes mundiales incluyan en sus políticas de recuperación económica programas climáticos ambiciosos, puesto que Glasgow es "la última oportunidad" para garantizar el futuro del planeta.

ech/app/pc