Temor por nuevos ataques de grupos yihadistas en Mozambique

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Luego de atacar de manera sangrienta y sofisticada la estratégica ciudad de Palma y abastecerse en comida y armas, los yihadistas abandonaron el lugar, pero se teme que regresen a perpetrar un nuevo ataque.

El 24 de marzo, grupos armados sembraron el terror en ese puerto de la región pobre pero rica en gas natural de Cabo Delgado, matando a decenas de personas.

Desde hace tres años, estos combatientes conocidos localmente con el nombre de Al-Shabab" ("los jóvenes" en árabe) devastan la provincia de mayoría musulmana, en la frontera con Tanzania.

Tres semanas después del ataque, ocurrido a diez kilómetros del proyecto gasífero de varios miles de millones de euros dirigido por Total, obligándolo a parar sus operaciones, la región teme nuevas acciones de la guerrilla que juró lealtad al grupo Estado islámico (EI) en 2019.

Esta vez, los rebeldes podrían atacar el puerto de Pemba, situada a más de 200 km al sur y capital provincial de unos 150.000 habitantes. "Es probable que los rebeldes traten de organizar un ataque contra Pemba en los meses futuros", afirma la empresa asesora en tema de riesgos Pangea-Risk.

"Pemba es lo que todo el mundo teme, pero es absolutamente imposible decir donde atacarán luego", matiza Dino Mahtani de la ONG International Crisis Group (ICG).

- "Ya infiltrados" -

En un año, los grupos armados incrementaron su fuerza y tomaron en agosto el control del puerto de Mocimboa da Praia, a unos 100 km de Palma.

En los últimos meses, una calma había sido atribuida al aumento de la réplica militar. Pero ahora parece más explicabe por la preparación de nuevos ataques.

Según varios expertos, Mocímboa suministró a los yihadistas una base para atacar a otras ciudades, como Palma. Un eventual ataque contra Pemba significaría un control de lo esencial de la costa y los tres principales puertos del Océano Índico.

El ejército ya está movilizado para proteger la capital de Cabo Delgado. Controla la llegada de refugiados, teme que yihadistas se escondan entre ellos. Pero hasta ahora, las fuerzas gubernamentales se mostraron incapaces de combatir eficazmente a los rebeldes.

Centro logístico para las instalaciones gasíferas con puerto y aeropuerto, sede administrativa y base para las ONG, Pemba es un objetivo serio, temen los expertos.

"Es probable que se hayan infiltrado militantes", según Pangea-Risk.

- "Comprometida la seguridad" -

La salida la semana pasada de la empresa militar privada sudafricana Dyck Advisory Group (DAG), que reforzaba el ejército en la lucha contra los yihadistas, deja un vacío en el dispositivo de seguridad.

"Durante la temporada de lluvias, destruimos infraestructuras de los rebeldes, sus vehículos y gran parte de sus reservas de alimentos", dice el jefe de DAG a la AFP, Lionel Dyck. "Es evidente que habrá una réplica".

Según una fuente de seguridad, el ejército mozambiqueño solo  "no está a la altura, no tienen ninguna idea de los que hacen". "Se necesitarían tropas terrestres eficaces, cubiertas por un buen apoyo aéreo, y eso no existe" en este ejército subequipado.

La semana pasada, el ejército afirmó que mató a 36 yihadistas en las operaciones para retomar Palma.

Y el presidente Filipe Nyusi dijo que los rebeldes fueron sacados de ahí, sin anunciar victoria.

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