Retratos "deepfakes": producción en serie de rostros falsificados

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SCREENSHOT - La cara puede resultar vagamente conocida. Pero solamente es una sensación. El rostro de esta mujer no existe, es un producto de la inteligencia artificial. Foto: thispersondoesnotexist.com/dpa - ATENCIÓN: Sólo para uso editorial con el texto adjunto y mencionando el crédito completo
SCREENSHOT - La cara puede resultar vagamente conocida. Pero solamente es una sensación. El rostro de esta mujer no existe, es un producto de la inteligencia artificial. Foto: thispersondoesnotexist.com/dpa - ATENCIÓN: Sólo para uso editorial con el texto adjunto y mencionando el crédito completo

Es casi de no creer: una persona diferente cada vez que se pulsa una tecla. O, por lo que parece, al menos un nuevo retrato de una persona diferente. Cabe preguntarse si a la gente le parece bien que en la red haya miles de reproducciones de su rostro en alta resolución. ¿O se trata de una base de datos de fotos de delincuentes buscados?

Nada más alejado de la verdad: En "ThisPersonDoesNotExist.com", el desarrollador Phil Wang muestra rostros falsos, retratos de personas que simplemente no existen. Los ordenadores crean estos retratos impresionantemente realistas, llamados "deepfakes" o ultrafalsos, en tiempo real. 

Concretamente, se trata de dos redes neuronales interconectadas que, haciendo uso de una técnica de aprendizaje profundo ("deeplearning") usada en inteligencia artificial, experimentan continuamente con fotos de personas reales.

Así es como funciona: una red neuronal calcula rostros completamente nuevos a partir de todos los posibles rasgos humanos que ha memorizado durante el aprendizaje, desde las formas de la cara hasta las características de la piel y los colores de los ojos o los peinados. 

A continuación, la otra red neuronal evalúa el resultado con valores empíricos propios. Si la cara falsa pasa el "control de realidad", se da por terminada. De lo contrario, la primera red tiene que volver a elaborarla.

Más del 90 por ciento de los resultados son tan realistas que alguien que no sepa cómo surgió el retrato no tendría dudas sobre su autenticidad. 

Así y todo, a menudo salen rostros defectuosos, lo que en cierto modo es tranquilizador: detalles que distorsionan la simetría facial, o bien una visera de gorra de béisbol que parece salir de la frente del rostro en cuestión. En algunos casos hay errores de textura en la piel, en las transiciones o en el fondo.

Otros proyectos de inteligencia artificial dotan de movimiento a los rostros generados, por ejemplo, el portal de IA llamado Altered Qualia, que presenta obras de inteligencia artificial.

En este sitio, los retratos comienzan a sonreír antes de ser superpuestos por el siguiente rostro (mutaciones). Además, los ojos y las cabezas se mueven siguiendo los desplazamientos del ratón. En la página principal del portal se pueden encontrar ejemplos aún más interesantes.

Y en Twitter se comparten actualmente innumerables animaciones de IA que proceden de un portal de genealogía online. Desde hace poco, esta empresa ofrece a sus clientes la posibilidad de "revivir" retratos antiguos con movimientos de cabeza y ojos e incluso con una sonrisa. 

La oferta, llamada Deep Nostalgia, funciona bastante bien y de forma realista con rostros de cuadros o esculturas.

dpa