El héroe de la película "Hotel Ruanda" se niega a comparecer en su juicio

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Paul Rusesabagina, protagonista de la película "Hotel Ruanda", juzgado desde mediados de febrero en Kigali por "terrorismo", no compareció el miércoles en su juicio e informó a las autoridades penitenciarias que ya no asistirá a las audiencias por estimar que se había violado su derecho a defenderse.

Rusesabagina, de 66 años, exdirector del hotel de las Mil Colinas de Kigali, se hizo famoso por una película de 2004 que cuenta cómo había salvado a más de 1.000 personas durante el genocidio ruandés.

Este hutu moderado se había convertido en un crítico del régimen del presidente ruandés Paul Kagame.

Vivía en el exilio desde 1996 en Estados Unidos y en Bélgica y fue detenido a finales de agosto en Ruanda en circunstancias particulares, al bajar de un avión que pensaba que iba a Burundi.

Él y sus abogados denuncian un "secuestro".

Paul Rusesabagina es acusado de nueve cargos, uno de terrorismo. Es juzgado por apoyar al Frente de Liberación Nacional (FLN), un grupo rebelde acusado de haber llevado a cabo ataques mortales en Ruanda en los últimos años.

El 12 de marzo anunció su intención de boicotear las audiencias, al considerar que sus derechos "habían sido violados" tras la denegación de su solicitud de aplazar el juicio por lo menos seis meses para preparar su defensa.

Su familia afirma que no tuvo acceso a más de 5.000 páginas de su expediente.

Está siendo juzgado junto con otros 20 acusados, "que se declararon culpables y lo incriminaron", subrayó la portavoz de la Fundación Hotel Rwanda, Kitty Kurth.

El miércoles, uno de los testigos claves de la acusación, Michelle Martin, una estadounidense que trabajó con la Fundación Rusesabagina hace una década, compareció durante tres horas.

Martin afirmó que le habían hablado de unos correos electrónicos "sobre la financiación de actividades rebeldes" y acusó a Rusesabagina de "negación del genocidio". Además, afirmó que en cuanto ella descubrió que este estaba "implicado en actividades que parecían ilegales", le "entregó todo a las fuerzas de seguridad estadounidenses".

Según dijo, actuó como informadora en una investigación de 2012 contra Rusesabagina en Estados Unidos, pero también trabajó a cuenta de Kigali, por lo que tuvo que declararse como "agente extranjero" ante las autoridades estadounidenses.

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