Cara a cara con los osos en Estados Unidos y Canadá

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ARCHIVO - En los bosques de Norteamérica no sólo se observan osos, también puede aparecer una hacendosa ardilla. Foto: Verena Wolff/dpa
ARCHIVO - En los bosques de Norteamérica no sólo se observan osos, también puede aparecer una hacendosa ardilla. Foto: Verena Wolff/dpa

En el Parque Olímpico de Whistler competían en su momento biatletas y los esquiadores saltaban a toda velocidad de los trampolines. El recinto se levantó en el medio del bosque en la provincia canadiense de Columbia Británica. Hoy en día aquí se pueden observar osos negros y grises en visitas guiadas.

Quien se levante temprano, al menos, tiene muy buenas chances. "Es una cuestión de suerte dónde y cuántos osos se ven", dice Joel Lycklama de la agencia Whistler Photo Safaris.

Este guía ya está preparado con su vehículo todoterreno a las seis de la mañana. Baja y sube la montaña atravesando el tupido bosque. Pero tras varias horas no hay ningún oso a la vista. Cuando el grupo se decide a emprender el regreso, de repente hay movimiento en un claro. Una mamá osa está comiendo y jugando con sus dos crías.

La hembra no se perturba por los turistas. "Si la hubiéramos visto en movimiento, entonces tendríamos que haber sido más cautelosos", explica Joel Lycklama. Y es que justamente las madres que protegen a sus hijos a veces pueden ponerse agresivas.

"Aquí tenemos que llevar spray contra los osos y una campana en la mochila". Como senderista, lo mejor es preservar la calma y hacerse notar con ruidos fuertes. "En general, los osos mismos se alejan".

Pero si alguien realmente es agredido por un oso, tiene pocas chances: un oso negro corre rápido, es buen nadador y un hábil trepador. "Además, tiene patas y garras grandes", dice Joel Lycklama.

Por otra parte, los osos pueden percibir a muchos cientos de metros el aroma de alimentos y ven muy bien. "Por eso, si uno acampa en el bosque, es mejor guardar la comida siempre lejos de la tienda de campaña", aconseja el guía. "Lo ideal es guardar las provisiones herméticamente y colgarlas entre dos árboles".

Los osos grises (o grizzlys) son claramente más peligrosos que los negros, dado que son más grandes, más pesados y muchas veces más agresivos. Eso vale sobre todo para madres con crías, que se sienten amenazadas.

Pero en realidad todos los osos tienen una sola cosa en mente durante el verano: comer, para poder tener una buena capa de grasa cuando hibernen. Por eso están en el bosque en busca de bayas, panales de abejas y mucho bichito que se mueve por el suelo del bosque. En los ríos y el mar, los osos buscan el agua y, lógicamente, también deliciosos salmones.

¿Dónde se puede observar a los osos cazando salmones? En Alaska hay varios lugares para ello, por ejemplo, el Parque Nacional de Katmai. Pequeños aviones a hélice llevan a los turistas hasta allí desde Homer. 

Michael Hughes es el propietario de Alaska Bear Adventures y viaja ya desde hace varios años en verano hasta donde están los grizzlys. Siempre lleva un spray contra los osos, elementos para hacer ruido y un arma. Un consejo de seguridad: él y sus cinco pasajeros siempre permanecen muy juntos. "Así el oso piensa que somos el oso más grande".

Antes de despegar, reparte botas de goma que llegan hasta la cadera. Nunca se sabe en qué brazos fluye el mar y hacia dónde habrá que caminar para ver a los osos. Es un espectáculo ver a los animales, en parte ya bien alimentados, cazando salmones.

Junto a los osos negros y los grises hay otras dos especies de osos en Norteamérica: los osos polares viven sobre todo en el norte de Alaska y en territorios canadienses en el norte.

En Nunavut, que abarca una gran parte del Ártico canadiense, los barcos expedicionarios salen desde el pueblo principal de Inuvik siguiendo las huellas del antiguo Paso del Noroeste.

El Great Bear Rainforest en la costa de Columbia Británica es el hogar de los osos Kermodes, una subespecie del oso negro americano, que también es llamado "oso espíritu" por los pueblos originarios.

Un gen recesivo hace que la piel de este oso sea blanca o color crema. Se estima que solo hay varios cientos de estos osos que viven todos en un ecosistema único, que se extiende por la costa norte y central de la provincia más occidental de Canadá.

Los turistas, pueden reservar excursiones especiales para observar osos tanto en Estados Unidos como en Canadá, con hidroaviones, botes o vehículos todoterreno. O pueden reservar una cabaña en un entorno natural, tan solitariamente ubicada que es casi seguro que los osos pasen por allí.

Y a veces se tiene suerte en algunas de las carreteras más apartadas en Yukón, Alaska o algún otro lugar y una familia de osos se presenta de repente al costado del camino. Entonces, lo mejor es frenar enseguida, poner la luz intermitente y disfrutar del espectáculo.

dpa