Propietarios de Purdue proponen pagar USD 4.300 millones para saldar crisis de opioides

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La familia Sackler, propietaria de la farmacéutica Purdue, acordó pagar unos 4.300 millones de dólares, más de lo ofrecido inicialmente, en un nuevo plan de salida de la quiebra para resolver las demandas que la acusan de alimentar la crisis de opioides en Estados Unidos.

Los fiscales de varios estados que procesaron a Purdue Pharma consideraron insuficiente la oferta, lo que podría significar el fin del gigante farmacéutico.

Purdue ya había accedido a declararse culpable en octubre por su agresiva promoción de la droga analgésica OxyContin, la cual sabía que era potencialmente adictiva.

Sus prácticas comerciales, como las de otros laboratorios, mayoristas y cadenas de farmacias, llevaron desde finales de los años 1990 a un consumo excesivo de analgésicos opioides, provocando una explosión de sobredosis en Estados Unidos.

Con la esperanza de resolver la avalancha de litigios en su contra, Purdue se declaró en quiebra en septiembre de 2019. Pero el arreglo propuesto entonces fue rechazado por más de veinte fiscales.

El grupo presentó un nuevo plan el lunes por la noche, que podría allanar el camino para una solución integral de muchas disputas relacionadas con los opioides que actualmente se dirimen en la justicia estadounidense.

- USD 1.500 millones más -

Según el nuevo plan de reestructuración, la compañía proporcionaría 500 millones de dólares de inmediato y otros 1.000 millones más tarde, mientras que los Sackler aportarían casi 4.300 millones durante la próxima década, además de los 225 millones por multas del Departamento de Justicia.

Esto supera los 3.000 millones de dólares que los Sackler habían ofrecido pagar en septiembre de 2019. También venderían sus negocios farmacéuticos en todo el mundo en un plazo de siete años.

El costo total del acuerdo sería de 10.000 millones de dólares.

La riqueza de los Sackler disminuyó en los últimos años, pero aún fue estimada en alrededor de 10.800 millones de dólares a finales del año pasado, según Forbes, que dijo que gran parte provenía de Purdue Pharma.

La familia era conocida por sus obras de filantropía de alto perfil, pero museos y galerías de todo el mundo han rechazado sus donaciones por la crisis de los opioides.

El plan de salida de la quiebra prevé la disolución de Purdue Pharma y la creación de una nueva entidad para administrar los fondos y atender las demandas de los diversos actores involucrados: estados y comunidades locales, tribus indígenas, cuidadores o tutores de niños nacidos con síndromes de abstinencia, y víctimas.

La controvertida familia Sackler no tendría ningún papel en la gestión de esta nueva empresa, que sería supervisada por personas independientes.

"Con las sobredosis de drogas aún en niveles récord, es hora de usar los activos de Purdue para ayudar a resolver la crisis", dijo Steve Miller, presidente de Purdue, en un comunicado.

"Estamos convencidos de que este plan cumple con este objetivo", agregó.

- "Inmunidad" -

Pero el planteo aún no ha sido aprobado por un tribunal de quiebras y muchos fiscales estatales ya expresaron su "decepción".

"Si bien contiene mejoras sobre la propuesta que había presentado Purdue y que nosotros habíamos rechazado en septiembre de 2019, no está a la altura de lo que las familias y los sobrevivientes se merecen", escribieron varios de ellos en un comunicado conjunto.

La fiscal del estado de Massachusetts, Maura Healey, denunció lo que considera un "insulto".

"Los Sackler quieren usar la catástrofe que crearon para comprarse inmunidad a un precio de ganga. Bajo este acuerdo, saldrán más ricos", se lamentó en una publicación en Facebook.

Healey prevé, como otros 25 fiscales generales según ella, buscar cambios.

Otras empresas han sido acusadas de alimentar la crisis de los opioides y el aumento de sobredosis que ha provocado. Más de 500.000 estadounidenses han muerto por sobredosis de opioides, tanto con receta como sin receta, desde 1999, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC).

Pero Purdue es criticado por haber sido el primer laboratorio que presionó a los profesionales médicos para que prescribieran en exceso Oxycontin desde la década de 1990, cuando estos potentes medicamentos estaban reservados para el tratamiento de enfermedades graves.

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