Dos estadounidenses extraditados llegan a Japón acusados de ayudar en la fuga de Carlos Ghosn

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Dos estadounidenses acusados de ayudar al exjefe de Renault-Nissan, Carlos Ghosn, a escapar de Tokio al Líbano en diciembre de 2019 llegaron este martes a Japón tras ser extraditados desde Estados Unidos, informaron medios nipones.

Michael Taylor, antiguo miembro de las fuerzas especiales estadounidenses reconvertido a la seguridad privada, y su hijo Peter fueron entregados la víspera a los fiscales japoneses que acudieron a Estados Unidos para recogerlos.

El avión de Japan Airlines en el que salieron de Boston el lunes aterrizó el martes en el aeropuerto internacional de Narita, cerca de Tokio, poco después de las 16h00 horas (07h00 GMT).

Tras una prueba PCR a su llegada, los Taylor iban a ser trasladados al centro de detención de Kosuge, en Tokio, la misma prisión en la que Ghosn estuvo recluido durante 130 días entre noviembre de 2018 y abril de 2019, según medios locales.

El abogado estadounidense de los extraditados Paul Kelly habló el lunes de "un día triste para la familia, y para todos los veteranos que merecen un mejor trato de su país".

Su llegada a Japón aún no fue confirmada por las autoridades niponas, que siguen buscando a un tercer presunto cómplice de origen libanés, George-Antoine Zayek.

Los Taylor habían sido detenidos en mayo de 2020 cerca de Boston por la justicia estadounidense en virtud de una orden de detención japonesa. Posteriormente fueron mantenidos en detención por considerarse que presentaban un "alto riesgo de fuga".

Los dos lucharon hasta el final, sin éxito, contra su extradición, aumentando el número de recursos legales ante el Tribunal Supremo de Estados Unidos.

- Fuga "descarada" -

El 31 de diciembre de 2019, Japón se quedó atónito al descubrir que su imputado más famoso, Carlos Ghosn, había huido al Líbano.

Dos días antes, mientras estaba en libertad bajo fianza a la espera de ser juzgado por un presunto desfalco financiero en Nissan, el franco-libanés-brasileño había abandonado discretamente Tokio para llegar a Osaka (al oeste del país) en tren con dos cómplices.

Se sospecha que escapó de los controles del aeropuerto internacional de Kansai, cerca de Osaka, escondido en una gran caja de equipos de audio a bordo de un avión privado. En aquel momento, el control del equipaje no era obligatorio en Japón para este tipo de aviones.

Ghosn llegó a Beirut el 30 de diciembre tras una escala en Estambul.

Un documento de la fiscalía estadounidense se refiere a "una de las fugas más descaradas y mejor orquestadas de la historia reciente".

El magnate del automóvil caído en desgracia, sobre el que pesa una solicitud de detención de la Interpol, permanece fuera del alcance de la justicia japonesa porque Líbano no extradita a sus nacionales. Sin embargo, la justicia libanesa le ha prohibido salir del país.

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