El primer ministro de Armenia denuncia intento de golpe militar

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El primer ministro armenio, Nikol Pashinyan, denunció este jueves ante miles de simpatizantes un intento de golpe militar en su país, donde la oposición sigue movilizada contra quien consideran responsable de la derrota frente a Azerbaiyán en Nagorno Karabaj.

El Estado Mayor del ejército había reclamado la dimisión del jefe de gobierno tras el cese de un alto cargo, "un intento de golpe de Estado", según Pashinyan.

Sin embargo, no se registró ningún movimiento de tropas y el ministerio de Defensa, por su parte, consideró "inaceptable meter [al ejército] en procesos políticos".

Pashinyan instó a sus generales a cumplir sus órdenes, durante un discurso ante cerca de 20.000 simpatizantes suyos, concentrados en la plaza de la República de Ereván.

"El ejército [...] debe obedecer al pueblo y a las autoridades electas", declaró ante los vítores de la multitud. "Son mis órdenes y nadie puede desobedecer", agregó.

A un kilómetro de allí, entre 10.000 y 13.000 manifestantes de la oposición reclamaban la dimisión del primer ministro, que llegó al poder en la primavera de 2018 tras una revolución.

- Llamados a la calma -

Algunos manifestantes acamparon en la noche ante el Parlamento decididos a permanecer allí hasta la marcha de Pashinyan, al que responsabilizan de la derrota militar frente a Azerbaiyán en el conflicto de Nagorno Karabaj, en el otoño de 2020.

Los opositores se atrincheraron con cubos de basura, mientras agentes antidisturbios se desplegaban en gran número en la zona.

"¡Nos quedaremos aquí! Que venga [el primer ministro] y le dictaremos nuestras exigencias", proclamó Vazgen Manukian, al que la oposición quiere poner al frente de un nuevo gobierno.

Aludiendo a sus detractores, el primer ministro había hecho horas antes un llamado al diálogo, aunque amenazó con "arrestar" a quienes vayan "más allá de las declaraciones políticas".

A la cabeza de la potencia regional, el presidente ruso, Vladimir Putin, reclamó que "la situación se solucione en el marco de la ley", tras una conversación telefónica con el jefe de gobierno, según el Kremlin.

La Unión Europea (UE) dijo por su parte que monitorea la situación en esta ex república soviética del Cáucaso y, al igual que Washington, pidió al ejército que se mantenga "neutro sobre cuestiones políticas".

"Recordamos a todas las partes el principio democrático fundamental de que las fuerzas armadas no deben intervenir en la política interna", dijo un vocero de la diplomacia estadounidense.

Hacia el mediodía, Pashinyan respondió a la petición de dimisión por parte del Estado Mayor liderando con paso firme y megáfono en mano una manifestación de sus simpatizantes.

La principal formación de la oposición, Armenia Próspera, consideró que tiene una "última oportunidad" de dimitir sin "llevar al país a una guerra civil".

- Humillación nacional -

Los generales habían pedido la dimisión de Pashinyan, al considerarlo culpable de "ataques para desacreditar a las fuerzas armadas". Poco antes, había cesado al adjunto del jefe del Estado Mayor.

El dirigente armenio lo cesó porque se había burlado en la prensa de unas declaraciones suyas que cuestionaban la fiabilidad de un sistema de armamento, los lanzamisiles Iskander, durante el conflicto en Nagorno Karabaj.

El jefe del gobierno armenio se encuentra bajo presión de la oposición que reclama su renuncia desde la derrota militar de Armenia ante Azerbaiyán.

Hasta ahora, contaba con el apoyo del Estado Mayor que, tras el final de la guerra, había aceptado junto al primer ministro las condiciones de un alto el fuego negociado por Putin y que implicaba importantes pérdidas territoriales para Armenia.

Aunque Ereván todavía controla de facto la mayor parte de la región de Nagorno Karabaj, perdió la simbólica ciudad de Shusha, además de un conjunto de regiones azerbaiyanas alrededor de esa área.

La derrota se vivió como una humillación nacional.

Pashinyan, un experiodista e histórico opositor de 45 años, llegó al poder en la primavera de 2018, impulsado por una revolución que prometía sacar al país de la pobreza y eliminar a una élite corroída por la corrupción.

Desde su independencia tras la caída de la Unión Soviética en 1991, Armenia ha atravesado varias crisis políticas y revueltas, algunas de las cuales muy violentas.

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