Puente sobre el río Ruhr: un paisaje del alemán Gerhard Richter

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ARCHIVO - El puente "Ruhrtalbrücke", inspiración del célebre cuadro de Gerhard Richter. Foto: Arnulf Stoffel/dpa
ARCHIVO - El puente "Ruhrtalbrücke", inspiración del célebre cuadro de Gerhard Richter. Foto: Arnulf Stoffel/dpa

Podría pensarse que la región alemana del río Ruhr, también conocida como cuenca minera del Ruhr, es un paisaje desolado de tonos grises y actividad fabril. 

Pues, no es así, y el artista alemán Gerhard Richter, uno de los pintores internacionales más importantes de la actualidad, ha dado pruebas de ello: en una época en la que la cuenca carbonífera era todavía una auténtica olla de carbón, con chimeneas humeantes, coquerías que escupían hollín y llamas parpadeantes. 

En su cuadro "Ruhrtalbrücke", que muestra uno de los numerosos puentes que cruzan el valle del Ruhr, no se percibe nada de eso. Richter pintó el cuadro en 1969, y en él la región industrial más grande de Europa parece el jardín del Edén. 

El óleo, que hoy se considera uno de sus más bellos paisajes, mide 1,50 por 1,20 metros y muestra el puente Mintarder Ruhrtalbrücke, en la región de Renania del Norte-Westfalia. 

La impresionante estructura de 60 metros de altura se balancea con una maravillosa elegancia sobre el valle del río Ruhr, que por lo demás parece completamente intacto: un valle verde y deshabitado atravesado por la cinta plateada del Ruhr y recortado contra un cielo azul. 

A sus 89 años, Richter parece recordar con bastante cariño la época en que creó el cuadro. Por aquel entonces vivía en Düsseldorf, ciudad junto al Rin, y visitaba regularmente a un amigo profesor en la ciudad cercana de Essen.

"Se interesaba mucho por el arte y nos daba consejos y apoyo. Cada vez que lo visitaba atravesaba el puente", señaló a la agencia de prensa alemana dpa: "Tampoco está lejos".

La creación del óleo "Ruhrtalbrücke" fue documentada en aquel entonces por el cineasta alemán Hannes Reinhardt. La película en color, de 25 minutos de duración, muestra a Gerhard Richter conduciendo por la cuenca del Ruhr y buscando el mejor lugar para tomar fotografías. Esta escena está obviamente recreada.

El propio Richter recuerda: "Había encontrado un lugar donde no había ningún edificio". Así lo demuestra también la fotografía a partir de la cual pintó el cuadro.

En otra escena se ve a Richter en su estudio de la ciudad de Düsseldorf colocando la fotografía seleccionada bajo un episcopio y proyectándola en el lienzo para, acto seguido, trazar los contornos con un lápiz de carbón. 

A continuación, el artista aplica la pintura con una pincelada ancha y la difumina. Luego, dibuja la línea recta del puente con un pincel fino. Una vez finalizado el cuadro, Richter se regala un cigarrillo como recompensa. 

Se dice que Gerhard Richter "no es ciertamente un artista en el sentido habitual", pero que "ya tiene su precio en el comercio internacional del arte". Hoy se le considera el pintor vivo más caro del mundo.

El "Ruhrtalbrücke" es de propiedad privada, pero actualmente está expuesto en el museo vienés Kunstforum de Viena: allí se celebra hasta el 7 de marzo la mayor muestra sobre la obra paisajística de Richter realizada hasta la fecha. Por el momento, el museo está cerrado debido a la pandemia de coronavirus. 

En marzo, la exposición se trasladará al museo suizo Kunsthaus Zürich, donde está previsto que permanezca del 26 de marzo al 25 de julio.

Como tantas otras veces, con motivo de la inauguración de la exposición se volvió a leer en la prensa que, con el "Ruhrtalbrücke", Richter había querido documentar la intrusión del hombre en la naturaleza, mostrando cómo el puente corta brutalmente el valle y destruye así la romántica vista. 

No fue esa la intención de Richter, quien subraya que cree que el puente es una "construcción magnífica". 

Y eso es, en realidad, lo que se ve en la foto: el puente se extiende sublimemente de un extremo a otro del valle, como si hubiera sido escenificado por Caspar David Friedrich, emblemático paisajista del romanticismo alemán del siglo XIX. 

"Atraviesa el paisaje como una línea", dice Dietmar Elger, director del Archivo Gerhard Richter de la ciudad de Dresde.

El propio Richter dice: "Friedrich es uno de los pintores que más aprecio y valoro. Ha tenido cierta influencia sobre mi obra". Por supuesto, es consciente de que el cuadro es, en cierta forma, un "engaño": "Porque hoy ya no se puede pintar así, no se piensa más así. En ese sentido, el cuadro aparenta algo que no es". 

Elger, biógrafo de Richter, añade que de ninguna manera hay que atribuir al cuadro significados religiosos o políticos, como se lo hacía en la época del Romanticismo en torno a 1800. 

Richter pintó el puente en 1969, tres años después de su inauguración. En 2019, se decidió que debía ser demolido y reconstruido para hacer frente al enorme aumento del tráfico. 

Las obras aún no han comenzado, pero lo que es seguro es que la vista cambiará. El cuadro de Richter mostrará entonces una infraestructura que ya no existe. ¿Qué opina el artista? "Espero que el nuevo puente sea tan bonito como el antiguo".

dpa