El centro histórico de Mosul, en ruinas, está en venta pero no hay compradores

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El casco histórico de Mosul sigue en ruinas, tres años después de los feroces combates para expulsar a los yihadistas del Estado Islámico. Sin ayudas para reconstruirlo y una economía en caída libre, los propietarios están desesperados por vender sus casas.

Pero muchos de los que vivieron los horrores de la tiranía del grupo yihadista no logran encontrar compradores para sus propiedades en lo que todavía parece un campo de batalla.

Pilas de escombros bloquean las calles y los edificios medio derruidos afean el centro de una ciudad, otrora famoso por sus mezquitas, iglesias y sinagogas en sus laberínticas calles.

Un olor nauseabundo envuelve a barrios enteros. Los locales lo atribuyen a la putrefacción de cuerpos enterrados bajo los escombros, a la destrucción de la canalización de aguas servidas y los vertederos de basura ilegales.

Muchas casas familiares de las orillas del río Tigris apenas sufrieron daños, pero no se puede acceder a ellas porque el Estado Islámico (EI) colocó minas y trampas.

"Durante meses, he tratado de vender mi casa en la ciudad vieja porque está demasiado dañada para vivir en ella", dice Saad Gergis, de 62 años. "Pero nadie quiere comprarla porque está rodeada de casas de las que emanan olores horribles".

El EI, que creó un "califato" en un enorme territorio a caballo entre Siria e Irak, conquistó Mosul en 2014 pero fue expulsado por el ejército iraquí a mediados de 2017 tras meses de feroces combates de calle.

Muchos residentes de Mosul esperaban que el Estado los indemnizara o ayudara a reconstruir la ciudad destruida, pero la crisis económica y política ha dado al traste con sus esperanzas.

Gergis juntó lo que pudo y compró un pedazo de tierra fuera de la ciudad para tratar de construir una nueva casa para su esposa y sus cuatro hijos.

Mientras concluye la construcción, vive de alquiler en las afueras de Mosul.

Gergis ve difícil regresar a su antiguo barrio, donde vivió tres años bajo la brutal ley del EI.

"Cuando regreso, puedo ver todos los horrores del EI: matanzas, explosiones, ejecuciones", dice a la AFP.

- Esperando ayuda del Estado -

Irak sufre la peor crisis económica en años, agravada por el colapso el año pasado de los precios del petróleo y la pandemia del coronavirus.

El dinar se ha devaluado un 25%.

"Compré mi casa mucho antes de la guerra por 60 millones de dinares iraquíes", unos 50.000 dólares de la época, dice Gergis a la AFP. "Ahora no vale ni un cuarto. Lo mismo ocurre con todas las casas de la ciudad vieja".

Maher al Naqib, agente inmobiliario en Mosul, dice que los precios de la vivienda se han colapsado en una ciudad devastada que apenas ha recibido ayuda del gobierno.

"El Estado no ha pagado por los daños, los servicios públicos no se han renovado, los edificios del gobierno no han abierto y los puentes no se han reconstruido", afirma.

Según las autoridades locales, Mosul ha enviado 90.000 solicitudes de indemnización al gobierno central, incluidas 40.000 por las pérdidas humanas y 50.000 por la propiedad destruida.

Pero con unos recursos cada vez más escasos, Bagad ha compensado solo a 2.500 familias.

Como resultado, dice Naqib, los precios de la vivienda del centro histórico, que antes eran muy altos, "se han hundido".

- Instalarse en los nuevos suburbios -

Muchos le han dado la espalda al otrora apreciado centro.

Naqib dice que los antiguos residentes piden información sobre la posibilidad de comprar tierra en los suburbios, más barata y con mejores servicios.

Fuera de Mosul, en las zonas rurales ahora crecen complejos residenciales con carreteras pavimentadas, alimentación eléctrica fiable y agua limpia.

Los nuevos suburbios, con nombres como Zayuna, Fellah-2 y Jamiyati, prometen la normalidad y servicios básicos de los que los residentes de Mosul han carecido prácticamente en la última década.

Yunes Hasun, un promotor inmobiliario de 56 años de Mosul, dice que los nuevos suburbios son el futuro de la ciudad.

"Estos enormes edificios son más fáciles de registrar con las autoridades que las viejas parcelas, donde los procesos burocráticos asustan a la gente", dice.

También es más barato, ya que el metro cuadrado se vende a entre 75 y 200 dólares.

Uday Hamid, de 42 años, compró un lote hace poco más de un año y acaba de concluir la construcción de su casa.

"Pude comprar 200 metros cuadrados por unos 20 millones de dinares. Por la misma cantidad hubiera podido comprar la mitad de la superficie en el centro de Mosul", explica a la AFP.

Este padre de cinco hijos dice que las ventas crecen en esta zona.

Convertir las tierras rurales en urbanizables suele ser un arduo proceso burocrático en Irak.

Pero con las escasas perspectivas de que se vaya a reconstruir Mosul, sin compensaciones a la vista y con cerca de 1,2 millones de personas desplazadas en el país, a pocos les importa las regulaciones pese a que las autoridades luchan por mantenerlas.

Ante la proliferación de urbanizaciones, el alcalde de Mosul, Zuhayr al Araji, asegura que la ciudad está preparando un plan de desarrollo urbano digno de ese nombre.

Pero por el momento, "sigue en estudio", dice a la AFP.

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