El declive de los Pumas argentinos, un escándalo por ingratitud y racismo

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El momento en que Los Pumas argentinos se quedaron tiesos y mudos cuando los All Blacks les ofrendaron una camiseta negra con el 10 de Diego Maradona quedará en la historia deportiva como uno de los más tristes y desconcertantes.

A los jugadores de la selección argentina de rugby no se les movió un pelo. Ni un aplauso, ni un saludo, nada, ante el tributo del poderoso seleccionado de Nueva Zelanda.

El contraste con la gloria alcanzada 11 días antes era como el día y la noche. Por primera vez en la historia los argentinos habían derrotado a los fabulosos neozelandeses (25-15).

El capitán de los Blacks, Sam Cane, apoyó con respeto la camiseta '10' en el centro del campo, antes del tradicional 'haka', la ritual danza maorí, en el estadio australiano McDonald Jones de Newcastle.

El público aplaudió el gesto, tres días después de fallecer Maradona el 25 de noviembre. El ídolo no sólo fue un símbolo de los colores albicelestes que tanto adoran los Pumas. Fue su hincha y los alentó en el Mundial de Inglaterra-2015.

Los All Blacks ganaron 38-0 y se tomaron revancha del 25-15 que hizo tocar el cielo con las manos a los Pumas por el Tres Naciones.

Los Pumas apenas llevaban una pequeña cinta negra de luto en un brazo.

Había un abismo de diferencia con los actos emocionantes que daban la vuelta al mundo en honor a una leyenda del deporte de todos los tiempos como Maradona, fallecido en su lecho de enfermo a los 60 años.

El capitán, Pablo Matera, atinó a disculparse en un video, rodeado por todo el plantel. "Sabemos que el homenaje que elegimos hacer para Diego causó dolor y decepción en mucha gente. De ninguna manera esa fue nuestra intención", dijo el tercera línea.

"Diego para nosotros fue una persona sumamente importante, siempre nos acompañó", destacó.

- Mensajes racistas -

En medio de las expresiones de repudio a la actitud de los Pumas, se ventilaron en esos días antiguos mensajes racistas, xenófobos y misóginos en las redes sociales de Matera y de sus compañeros Guido Petti y Santiago Socino. Echaron más leña al fuego, aunque se remontaban a nueve o 10 años antes.

El escándalo estalló como un volcán en erupción. Ardieron en repudios las redes sociales y personalidades, incluso del rugby.

"Los comentarios o cualquier forma de discriminación son inaceptables y completamente opuestos a los valores fuertes, universales e inclusivos que la familia del rugby aspira a vivir y defender", dijo la rectora World Rugby (WR).

Matera entró de vuelta al confesionario. "Disculpas a todos los que salieron ofendidos por las barbaridades que escribí", se defendió. Tras jugar un mundial juvenil en Sudáfrica había escrito: "Por fin me voy de este país lleno de negros".

"Estos pibes son pelotudos (estúpidos). Eso no es el rugby. Es algo terrible. Me puso triste. Yo siempre intenté que el rugby fuera más popular, yo no soy elitista", declaró un histórico puma, Serafín Dengra.

La UAR suspendió a los tres jugadores, pero luego levantó las sanciones por presión de los clubes.

"Los tres jugadores manifestaron su profundo arrepentimiento. Fue un acto imprudente propio de la inmadurez", explicó la UAR.

Pero el volcán seguía arrojando lava. "A pesar de que las expresiones tienen varios años de antigüedad son de extrema gravedad por su contenido misógino y racista. Vestir la camiseta de nuestro país es mucho más que jugar", dijo Inés Arrondo, secretaria de Deporte y excampeona de hockey con Las Leonas.

- Violencia y crimen -

No fue éste un buen año para el rugby argentino. El ministro de Turismo y Deporte, Matías Lammens, recordó que 2020 arrancó "con el asesinato de un chico a manos de rugbiers".

Facundo Báez, de 18 años, murió tras una paliza de un grupo de jóvenes rugbiers de un equipo provincial a la salida de una discoteca en el balneario de Villa Gesell (sur). Mientras lo pateaban en el suelo le gritaban insultos racistas.

El crimen persuadió a las autoridades del rugby a dictar cursos de comportamiento a casi 4.000 jugadores.

dm/nn/ol