En Libia, voluntarios rehabilitan una escuela dañada por la guerra

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En la "Escuela de los Mártires", cerca de Trípoli, profesores y padres de alumnos se han puesto manos a la obra para rehabilitar este "campo de ruinas" que han dejado los combates de milicias rivales.

Han pintado paredes, recuperado mobiliario y desempolvado computadoras. Pero los boquetes de tejados y muros recuerdan que los estragos de la guerra.

"No nos queríamos quedar de manos caídas", dice Najah Al Kabir, que viste chilaba y cubre el cabello con un pañuelo. Esta coordinadora pedagógica participa activamente en la campaña emprendida por el personal de la escuela a la que rápidamente se han sumado los padres de alumnos.

"Somos una misma familia. Esta escuela es como nuestra segunda casa", dice en el patio de recreo de este centro de enseñanza primaria que ha quedado parcialmente destruido por semanas de bombardeos.

Cuando los combates cesaron en junio, la escuela situada en Ain Zara, en las afueras del sur de la capital libia, parecía un "campo en ruinas" y "había que rehabilitarla rápidamente", dice.

- "Esfuerzos colectivos" -

Los combates en Libia "han privado a 200.000 niños de la oportunidad de aprender", lamentó a principios de 2020 Unicef, preocupado por el "futuro sombrío" que aguarda a los menores libios.

"La Escuela de los Mártires" forma parte del centenar de centros escolares que han sido destruidos parcial o totalmente en el país por los combates entre las fuerzas del gobierno libio reconocido por la ONU, en el oeste del país, y las tropas del mariscal Jalifa Haftar, el caudillo del este, que trató infructuosamente de conquistar Trípoli.

Algunas escuelas sirvieron de almacén de armas, otras de puestos de observación para los milicianos. Al término de los combates que se iniciaron en abril de 2019 y que duraron más de un año, "La escuela de los mártires" estaba en un "estado lamentable", cuenta Saleh Al Badri, el director.

"Si hubiéramos esperado a que el gobierno la rehabilite, el nuevo año escolar se habría perdido", dice este sexagenario.

Con sus "1.500 alumnos" y ante la falta de otro centro en el barrio - "la más cercana está a tres km" -, era "importante volverla a abrir rápidamente", explica.

Mahmud Abdelkhalek, un habitante del barrio, cuyos tres hijos estudian en ella, es uno de los voluntarios. "Es importante que todo el mundo contribuya a rehabilitarla. Y los esfuerzos colectivos le han devuelto la vida", dice exultante.

- "Horrores" -

Algunos profesores y padres de alumnos han dado dinero, otros han contribuido con su trabajo. Y gracias a esta movilización general, los trabajos avanzan a buen ritmo. Pero "las arcas están vacías y esperamos fondos adicionales" para terminar los trabajos, dice el director.

En este país de África del Norte, asolado por casi diez años de guerra e injerencias extranjeras, los alumnos tenían que empezar el curso a principios de diciembre. Pero finalmente, la vuelta al cole será en enero debido a la pandemia de coronavirus.

Lo que les da un tiempo adicional a los voluntarios para "renovar la instalación eléctrica y nivelar las salas de clase" si llegan los fondos.

El impacto de las balas es todavía visible en los muros del recinto y todavía hay que tapar los cráteres dejados por obuses y misiles.

Pero no hay que reconstruir muros. Según Najah Al Kabir, los maestros se han "preparado psicológicamente" antes del inicio del próximo curso ya que "la mayoría de ellos han sufrido los horrores de la guerra y los desplazamientos".

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