Chipre endurece las medidas para contener el aumento de casos de covid-19

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EFE/EPA/KATIA CHRISTODOULOU/Archivo
EFE/EPA/KATIA CHRISTODOULOU/Archivo

Nicosia, 27 nov (EFE).- El Gobierno de Chipre anunció este viernes medidas más drásticas, entre ellas el toque de queda, para tratar de contener el aumento de casos de covid-19 que ha dejado de momento 9.673 casos confirmados y 48 muertes en esta isla de tan sólo unos 850.000 habitantes.
El ministro de Sanidad, Constantinos Ioanu, anunció en una rueda de prensa que desde el 30 de noviembre hasta el 13 de diciembre se impondrá en todo Chipre un toque de queda entre las nueve de la noche y las cinco de la mañana.
Además, Ioanu anunció el cierre de la restauración a las 19.00 (17.00 GMT), a excepción de los servicios a entrega a domicilio.
Según el ministro, solo se permiten las reuniones en lugares privados de hasta 10 personas, incluidos menores, mientras los lugares de culto permanecerán abiertos con un aforo máximo de 75 personas, y las bodas, bautizos y funerales solo se podrán celebrar con diez asistentes como mucho.
Quedan prohibidas las visitas a hospitales y otras instalaciones médicas, así como las protestas y reuniones en lugares públicos como parques, plazas o playas.
Según Ioanu, las escuelas continuarán funcionando como hasta ahora pero el transporte público sólo podrá ofrecer la mitad de su capacidad, y se suspende el funcionamiento de gimnasios y lugares de apuestas.
Los puertos operarán solo para carga y descarga y los pasajeros de cruceros tienen prohibido desembarcar en la isla.
Se suspenden los entrenamientos y eventos deportivos, excepto los relativos a los campeonatos de fútbol y la selección nacional.
Los comercios podrán dar aforo a una persona por cada ocho metros cuadrados de local y los mercados al aire libre tendrán que mantener la distancia de seguridad y operar a la mitad de su capacidad.
La prohibición de viajar desde y a las ciudades de Limasol y Pafos, impuesta desde hace doce días, finalizará el 30 de noviembre.
El titular de Sanidad enfatizó la necesidad de respetar las medidas aunque reconoció que la "fatiga e incertidumbre provocada por la pandemia" ha afectado a la población psicológicamente y hace más difícil el cumplimiento de las restricciones.
El Gobierno no descarta prorrogar las medidas si los casos siguen en aumento.