Consejo de Seguridad de la ONU discutió por primera vez el conflicto en Tigré

Compartir
Compartir articulo

La primera reunión del Consejo de Seguridad de la ONU sobre el cruento conflicto en la región independentista etíope de Tigré terminó el martes sin un pronunciamiento.

Los miembros europeos obligaron a que la reunión a puerta cerrada se celebrara después que países africanos se retiraron y dejaron en evidencia divisiones sobre la acción del Consejo de Seguridad sobre ese conflicto que lleva tres semanas de enfrentamientos.

"Sudáfrica pidió tiempo para que los enviados puedan hacer consultas y derivar el tema a la Unión Africana. Una declaración podría complicar la situación", dijo un diplomático tras la sesión.

En la reunión, los europeos "expresaron sus preocupaciones, condenaron la violencia de naturaleza étnica y demandaron proteger a los civiles", dijo un diplomático europeo a condición de no ser identificado.

Francia, Reino Unido, Bélgica, Alemania y Estonia, respaldados por Estados Unidos, anunciaron la reunión virtual luego de que Sudáfrica, Níger, Tunez y San Vicente y Granadinas retiraron su solicitud debido a que los enviados aún deben viajar a Etiopía.

"En determinado momento tuvimos que poner (el tema) en la agenda aún cuando no lo quisieran los africanos", dijo a la AFP un diplomático europeo.

La Unión Europea anunció el viernes la designación de tres expresidentes como enviados especiales a Etiopía para ayudar a mediar en el conflicto.

Preguntado por la falta de decisión del Consejo de Seguridad, un portavoz del secretario general de la ONU, Antonio Guterres, apoyó que sea la Unión Europea que encabece los esfuerzos internacionales.

Desde hace casi tres semanas, fuerzas leales al partido gobernante de la región disidente de Tigré pelean contra las tropas etíopes.

El primer ministro de Etiopía, Abiy Ahmed ordenó la rendición de los rebeldes antes de lanzar un asalto contra Mekele, la capital de esa región.

Abiy desató una campaña militar contra el Frente para la Liberación del Pueblo de Tigré (TPLF) el 4 de noviembre. El líder etíope acusó a ese grupo de atacar campos  militares y de querer desestabilizar a su gobierno.

El conflicto habría provocado cientos de muertes, pero la falta de comunicaciones hace que sea difícil verificar lo que informan ambos bandos.

Guterres pidió la semana pasada abrir un corredor humanitario para asistir a los civiles atrapados en el conflicto y advirtió que las autoridades se han negado hasta ahora a los intentos de mediación.

Unos 40.000 etíopes huyeron al vecino Sudán, según la agencia de la ONU para refugiados.

prh/cjc/llu-rs/lda/gm/mps