Biden, el esperado regreso a lo predecible en la relación con Colombia

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El presidente Donald Trump marcó un ritmo errático con Colombia. La reprendió por el narcotráfico, se sirvió de ella en la cruzada contra el mandatario venezolano Nicolás Maduro y de alabar pasó a criticar el acuerdo de paz que había apoyado Estados Unidos.

Con el triunfo de Joe Biden, Bogotá, socio tradicional de Washington, podrá esperar un regreso a lo predecible en la relación que ha privilegiado históricamente.

"Un día Trump elogia y al día siguiente condena. Lo que ofrece Biden es una constancia y una (...)interacción con Colombia que brinda certidumbre y confianza", señala a la AFP Arlene Tickner, analista de la privada Universidad del Rosario.

Pero más allá del nuevo estilo de mando en la Casa Blanca, los analistas prevén pocos o ningún ajuste en dos frentes de la alianza: la lucha antidrogas y la crisis en Venezuela.

Y quizá un cambio más sustancial en la posición con respecto al acuerdo de paz que fracturó a la sociedad colombiana, y que el presidente Iván Duque y su partido, el Centro Democrático, más alineado con Trump, han querido reformar.

Así podrían moverse las relaciones bilaterales, con Biden en la Casa Blanca.

- Una lucha estable -

Colombia es el mayor proveedor de la cocaína que se consume en Estados Unidos y Europa. Después de cuatro décadas de combate frontal al narcotráfico, con el financiamiento norteamericano, el negocio no cede.

En 2019 Trump acusó a Duque de no hacer "nada" para detener el tráfico y reprochó la expansión de los narcocultivos que alcanzaron su récord en 2017 (171.000 hectáreas).

Duque endureció la persecución a los cultivadores y traficantes y espera retomar en breve las fumigaciones aéreas con glifosato, que son resistidas por campesinos y ambientalistas por los potenciales daños a la salud humana y la naturaleza.

Este año la ONU reportó que los plantíos ilegales se redujeron en 2019 a 154.000 hectáreas.

"No creo que Biden cambie fundamentalmente la política sobre el narcotráfico", sostuvo el académico e investigador Yann Basset.

Cree que lo único que cabe esperar es una "mayor flexibilidad sobre los medios" de lucha, por ejemplo, en la sustitución voluntaria de los plantíos en acuerdo con los campesinos. "Pero los fines no van a cambiar (...) y Estados Unidos va a seguir muy atento a la reducción de cultivos" ilegales, agrega.

- Adiós a la amenaza -

Colombia, el país con el que Venezuela comparte más frontera, se embarcó en los planes de Trump para sacar a Maduro del poder, alegando su reelección fraudulenta, mientras recibió a la migración venezolana.

Duque se volvió protagonista en esta crisis. Si bien esquivó la opción militar - que Trump blandió varias veces -, participó en una fallida operación de asistencia al opositor Juan Guaidó, a quien Bogotá, Washington y decenas de gobiernos reconocen como presidente interino.

Al igual Trump, Biden quiere un cambio de gobierno en Venezuela, opina el excanciller y académico Julio Londoño. Pero lo que todavía es incierto es la "modalidad que vaya a emplear" teniendo en cuenta un "grave problema": la falta de unidad de la oposición venezolana, añade.

Lo único cierto es que se va a "alejar de la amenaza de la fuerza", sostiene de su lado la politóloga e internacionalista Laura Gil. "Biden no va a ser blando con Venezuela, pero va a alejarse de cualquier posibilidad de una intervención armada", enfatiza.

- Paz sin tregua -

Trump nunca fue un entusiasta del acuerdo que el expresidente Juan Manuel Santos (2010-2018) negoció en Cuba con las FARC, la entonces guerrilla convertida hoy en partido.

Pero solo se destapó en contra cuando hacía campaña por la reelección. Lo describió como un "terrible acuerdo" y culpó a Barack Obama y su vicepresidente Biden de rendirse "ante los narcoterroristas".

Obama participó en los diálogos con un enviado especial a La Habana que, según Santos, tenía interlocución directa con Biden.

En Colombia, el partido de Duque busca desmontar, vía referendo, el tribunal de paz que juzga los peores crímenes del conflicto. Los rebeldes depusieron las armas que empuñaron desde 1964 para hacer política y someterse a esa jurisdicción, bajo el compromiso de contar la verdad y reparar a sus víctimas y eludir así la cárcel.

Según Santos, con Biden se bloquea la "intención de algunos colombianos de buscar aliados en Estados Unidos para acabar con el acuerdo". Él "está muy comprometido con el proceso, lo apoyó, lo conoce mejor que nadie", dijo a la prensa el Premio Nobel de Paz.

En opinión de los analistas, el futuro mandatario podría incluso impulsar el cumplimiento de los compromisos de paz cuando la violencia repunta y excombatientes y activistas de derechos humanos están siendo asesinados por decenas.

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