Conocido periodista afgano muere en un ataque con bomba en Kabul

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Un expresentador de televisión afgana y dos civiles murieron el sábado en la explosión de una bomba en Kabul, en un ataque que el gobierno afgano atribuyó a un grupo vinculado con los talibanes.

Yama Siawash falleció cuando explotó una bomba colocada en su automóvil, cerca de su domicilio, explicó a los periodistas el portavoz de la policía Ferdaws Faramarz.

Siawash, que se convirtió recientemente en consejero en el Banco Central afgano, había trabajado antes como presentador en Tolo News, la mayor cadena de televisión privada de información del país.

El ataque no fue reivindicado por ahora, pero el ministerio del Interior acusó a la red Haqqani, un grupo vinculado con los talibanes.

"Este tipo de ataques [...] son típicos de la red Haqqani y de los talibanes" declaró el portavoz del ministerio Tariq Arian

La red Haqqani es considerada como grupo terrorista por Estados Unidos.

Varios responsables afganos y diplomáticos internacionales condenaron el ataque contra Siawash.

"Estoy conmocionado por el asesinato del expresentador de televisión Yama Siawash", escribió en Twitter Ross Wilson, encargado de negocios de Estados Unidos en Kabul.

"Este ataque es un asalto contra la libertad de prensa, uno de los principios democráticos esenciales de Afganistán" agregó.

"La muerte de Siawash es una gran pérdida para el país" declaró por su lado Abdulá Abdulá, encargado del proceso de paz del gobierno afgano, en un comunicado, en el que califica el atentado de "crimen imperdonable e inolvidable".

- Perseguir a los culpables -

El Comité para la seguridad de los periodistas afganos  (AJSC), un panel implementado por la prensa para evaluar la seguridad de los periodistas del país, instó a "identificar y perseguir ante la justicia a los responsables" del ataque.

El presidente Ashraf Ghani ordenó una investigación, según el palacio presidencial.

Este tipo de incidentes, que tienen por blanco a periodistas, políticos o defensores de los derechos humanos, han aumentado en Afganistán, en este momento en que la violencia es creciente en el país.

Todo ello se produce pese al inicio de conversaciones de paz entre talibanes y gobierno para poner fin al conflicto.

El jueves, el padre de Zarifa Ghafari, una de las primeras alcaldesas del país, fue asesinado a tiros ante su domicilio en Kabul.

Su asesinato fue condenado por el secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, que había entregado a Ghafari el Premio internacional de Mujeres de Coraje a principios de año.

El lunes, 22 personas, entre ellos numerosos estudiantes, murieron en un atentado contra la universidad de Kabul, reivindicado por el grupo yihadista Estado Islámico.

Según el Sigar, un comité parlamentario estadounidense que cita cifras del ejército, los ataques "enemigos" han crecido un 50% entre el 1 de julio y el 30 de septiembre en Afganistán, respecto al segundo trimestre del año.

Los civiles pagan el precio. Según la ONU, el conflicto ha dejado 2.200 muertos y 3.800 heridos en los primeros nueve meses del año, y hay un aumento de la violencia desde septiembre, causada por "elementos antigubernamentales", talibanes y grupo yihadista Estado Islámico (EI).

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