La economía española se reactiva pero se ve amenazada por la segunda ola del virus

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La economía española se reactivó en el tercer trimestre, con un fuerte repunte del PIB tras el choque infligido por el confinamiento primaveral, pero la segunda ola de la pandemia y las consecuentes restricciones siembran dudas sobre esta recuperación.

El Producto Interior Bruto (PIB) de España creció un 16,7% en el tercer trimestre tras la fuerte caída (-17,8%) registrada en el periodo anterior, marcado por el severo confinamiento decretado para contener la pandemia, según las cifras aportadas por el Instituto Nacional de Estadística (INE).

En términos interanuales, sin embargo, el PIB retrocedió un 8,7%, señal de que la cuarta economía de la zona euro se encuentra todavía lejos de recuperar la riqueza previa a la crisis sanitaria.

España se encamina en 2020 a experimentar el más fuerte retroceso del PIB entre los países occidentales, con una caída de 12,8% según las últimas previsiones del Fondo Monetario Internacional. El gobierno prevé un desplome de 11,2%.

"No se prevé alcanzar antes de 2023 el nivel de actividad anterior a la epidemia", advirtió el jueves el Banco de España.

Después de un estricto confinamiento entre marzo y abril, incluidas dos semanas de paro de todas las actividades no esenciales, la economía empezó a reactivarse tímidamente en mayo, con un progresivo desconfinamiento que terminó a finales de junio.

Pero entre finales de julio y comienzos de agosto numerosas regiones volvieron a aplicar restricciones para contener el repunte de contagios que experimentaron a las pocas semanas de volver a una relativa normalidad.

El turismo, uno de los pilares de la economía española, vivió un verano boreal catastrófico, con una caída de alrededor del 75% de las llegadas de visitantes extranjeros a este país, que en 2019 fue el segundo destino a nivel mundial.

- Medidas de apoyo -

La ministra de Economía, Nadia Calviño, estimó en un comunicado que las cifras del tercer trimestre constituyen "una buena base para la recuperación económica".

Aun así, prosiguió, "estamos en un momento de alta incertidumbre, tanto a nivel europeo como global", con Europa haciendo frente a una intensa segunda ola de la pandemia que ha llevado a la reinstauración de fuertes restricciones en los últimos días.

"La recuperación iniciada a finales del segundo trimestre se ha ralentizado en las últimas semanas, a raíz de la aparición de rebrotes y del aumento de la incertidumbre acerca de las perspectivas económicas de familias y empresas", apuntó el Banco de España.

El banco central recordó que los daños económicos causados por la pandemia son más pronunciados en España que en los países vecinos por "la mayor importancia relativa del comercio, la hostelería y otras ramas ligadas al turismo y al ocio —sectores todos ellos más duramente golpeados por la crisis sanitaria-", así como por la preponderancia de "empresas de menor dimensión" y el gran número de empleos temporales.

El desempleo saltó a fines de septiembre al 16,3%, lo que representa unos 3,7 millones de personas sin empleo.

De todas maneras, Calviño destacó que el impacto de la pandemia no se compara con la destrucción de empleo tras la crisis financiera, cuando el desempleo alcanzó el 27% a fines de 2013.

A su juicio, el mérito es de las medidas de ayuda económica implementadas por el gobierno de izquierda de Pedro Sánchez, en particular la extensión del financiamiento de los planes de desempleo parcial, que beneficiaron a 3,4 millones de personas en el punto álgido de la crisis.

Unos 650.000 asalariados se continúan beneficiando de esta medida prorrogada hasta fines de enero luego de arduas negociaciones entre el gobierno, sindicatos y empresarios, estos últimos impedidos de hacer despidos durante seis meses.

Pero la crisis ya apuntaló la pobreza en España, con el aumento de las peticiones de ayuda en los bancos de alimentos. La oenegé Caritas reportó un alza de 25% del número de solicitudes de plazas en sus albergues.

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