Israel Galván, regreso a las fuentes del flamenco

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Ha bailado con máquinas, con gatos y ha creado piezas inspiradas en Kafka o en el genocidio de los gitanos. El español Israel Galván, en su último espectáculo, retorna a las raíces del flamenco, pero otorgándole una nueva modernidad.

El bailaor y heterodoxo coreógrafo, que deconstruye este arte desde hace dos décadas, sigue en búsqueda incesante de renovación.

Con un cómplice: el cantante y músico Niño de Elche, considerado el 'enfant terrible' del nuevo flamenco por sus fusiones con la música electro y el rock, y con quien ya colaboró en  "Fiesta" en 2017.

El espectáculo, presentado durante la "Semana de Arte" en Aviñón --que este año está privado de su festival por el coronavirus--, se llama precisamente "Mellizo doble", tan grandes son las similitudes entre los dos virtuosos artistas.

"Los dos nos dimos cuenta de que en la escena nos entendíamos muy bien, como mellizos (...). No hace falta un ensayo grande, basta con la mirada" afirma a la AFP este sevillano de 47 años.

Ambos han sido criticados por los puristas. En "Mellizo Doble", espectáculo sin decorado ni vestuario, los dos regresan a las fuentes mismas del flamenco, cuando era cantado "a palo seco" (a capella) y sin acompañamiento musical.

"Hacemos nuestra propia música, queremos que esta obra sea clásica" explica el bailarín. Su zapateado, pero también el deslizamento y roce de sus pies en el escenario, son el principal acompañamiento sonoro de la voz del cantaor.

- Conexión -

Se trata de un estilo depurado, algo desfasado, con movimientos y una rítmica que trascienden las fronteras del flamenco clásico.

"El flamenco de antes se conecta con la modernidad de la música de ahora, con la electrónica" explica, y agrega que no se trata en absoluto de una "provocación".

Israel Galvan, criado desde niño con el flamenco gracias a sus padres, los bailarines José Galván y Eugenia de los Reyes, necesita "todo el tiempo volver a las raíces".

"Pero necesito hacer cosas nuevas para sobrevivir bailando, cada obra que hago me cambia la forma de pensar" asegura el bailarín.

"A veces, de un dibujo animado o de una canción mala sale una idea, soy muy abierto porque sé que es la única manera de hacer cosas nuevas" explica.

Sin embargo, Israel Galván precisa: "yo soy muy libre pero, claro, el flamenco es mi raíz. Yo no me puedo presentar como un 'performer', como un actor (...) evidentemente soy bailaor"

Las ganas de renovarse desde finales de los años 90 surgió paradójicamente en el momento en que ganaba todos los grandes concursos de flamenco en su país.

"Yo no quería esta presión, de ser el mejor, de tener que bailar como si bailara para un jurado", recuerda.

- Aceptado por el mundo del flamenco -

¿Lamenta Israel Galán ser más reconocido en el extranjero que en su propio país?

"Yo pienso que el mundo del flamenco me ha aceptado" dice, pero precisa: "En España no puedes vivir como artista, en Francia puedes vivir, en España tienes que irte o bailas tres veces al año, es un país que exporta" sus talentos.

Israel saluda no obstante los nuevos rostros como el de  Rosalía, cuyas canciones están a caballo entre el flamenco y R&B (rythm and blues, mezcla de géneros musicales).

¿Y la pandemia? Como muchos artistas internacionales, viaja en función de las restricciones en Europa. "Tengo que ser nómada para poder bailar"

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