La sequía de los ríos lastra el importante comercio fluvial de Paraguay

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Un cuidador de botes observa el Río Paraguay este jueves en Asunción, Paraguay. EFE/Nathalia Aguilar
Un cuidador de botes observa el Río Paraguay este jueves en Asunción, Paraguay. EFE/Nathalia Aguilar

Asunción, 15 oct (EFE).- La sequía de los ríos Paraguay y Paraná está repercutiendo en la navegación del país sudamericano, que mueve el 75 % de su comercio exterior a través del transporte fluvial y cuyas embarcaciones transitan ante esa circunstancia casi a la mitad de su carga y con dificultades para entregar las mercancías a tiempo.
Ante esta situación, los gremios de armadores esperan el regreso de las lluvias y el comienzo de los dragados en ambos ríos, después de que la Cámara de Diputados declarará el miércoles el estado de emergencia para la navegación en el Paraná y el Paraguay.
Este último amaneció este jueves con un centímetro más de agua que ayer a su paso por Asunción, tras las lluvias de las últimas horas, aunque todavía 48 centímetros por debajo del cero hidrométrico.
Y por debajo también del mínimo de 1969, cuando se registró una mínima de 40 centímetros por en cuanto a ese nivel.
El bajo caudal "afecta considerablemente a la navegación de las embarcaciones que transportan la carga de importación y exportación", dijo a Efe el presidente del Centro de Armadores Fluviales y Marítimos del Paraguay (Cafym), Esteban Dos Santos.
"Estamos con restricciones de profundidad en el río Paraguay, en los pasos críticos de 2,10 metros. Muy pocas embarcaciones pueden navegar con ese calado", señaló Dos Santos.
SOBRECOSTO Y DEMORA DE ENTRADA DE DIVISAS
Eso se traduce en una reducción de la disponibilidad de las bodegas y un aumento del tránsito de las cargas, lo que conlleva también un sobrecoste logístico que encarece el comercio.
Paraguay, un país sin salida al mar, mueve el 75 % de su comercio exterior a través de la vía fluvial, según los datos de Dos Santos, por lo que no descarta que el impacto de la bajante afecte a toda la economía paraguaya.
En esta época del año, el país sudamericano exporta maíz y trigo y Dos Santos teme que "algunos contratos se cancelen o la mercadería permanezca en silos a la espera de mejores condiciones", con dos consecuencias: la postergación de las exportación y el retraso de entradas de divisas al país.
Tampoco descartó que en las próximas semanas se genere "desabastecimiento de algunos productos" importados, en concreto combustible, que tendría que ser transportado por camión desde otros países.
Al igual que él, el vicepresidente del Cafym, Juan Carlos Muñoz, también ve un futuro impacto en la economía paraguaya y estimó un perjuicio para el sector por encima de los 200 millones de dólares, entre sobrecostes y cargas demoradas.
Con dificultades, siguen con sus rutas habituales, tanto desde Brasil como desde Bolivia, para llegar a los puertos de Montevideo (Uruguay) y Buenos Aires (Argentina), con paso por el puerto de Pilar, en el sur de Paraguay, eso sí con "todas las limitaciones" de un puerto pequeño.
Otras cargas procedentes del norte están "prácticamente paradas en la zona de Concepción, donde no se puede navegar", como dijo Muñoz, cuando el paso habitual suele ser de entre 500.000 y 600.000 toneladas de hierro por mes o 200.000 toneladas de soja brasileña que cargan en Puerto Mourtinho.
LLUVIA Y DRAGADOS
Instituciones públicas y privadas trabajan desde hace más de un año en encontrar una solución técnica de dragados para los ríos, ya que las perspectivas no apuntan a una mejoría en los próximos años.
Como recordó Dos Santos, la lluvia es una "condición natural sobre la que no se tiene control", por lo que la única opción que les queda es el dragado del río.
Durante la sesión de la víspera, la Cámara Baja aprobó la declaración del estado de emergencia en los ríos del país, lo que permite también la utilización de 21 millones de dólares para los dragados del Paraná y del Paraguay.
El proyecto inicial contemplaba un nuevo endeudamiento para conseguir esa financiación, aunque al final se utilizarán fondos del préstamo de 1.600 millones de dólares solicitado por el Gobierno en marzo para hacer frente a la pandemia de coronavirus.