Armenia/Azerbaiyán.- La ONU alerta del aumento de casos de COVID-19 en Armenia y Azerbaiyán por el conflicto de Nagorno

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La reanudación de los combates en Nagorno Karabaj afecta a cientos de miles de personas, según el CICR

MADRID, 15 (EUROPA PRESS)

Los casos de COVID-19 tanto en Armenia como en Azerbaiyán han experimentado un aumento desde que ambos países reanudaron el pasado 27 de septiembre los enfrentamientos por la región de Nagorno Karabaj, de mayoría armenia y que autoproclamó su indepedencia de Bakú, según ha alertado la ONU.

Los continuados combates, que se han extendido también a zonas fuera de esta región, están afectando a los servicios de atención médica y suponen además una carga adicional para el sistema sanitario, según ha destacado el portavoz de la ONU, Stéphane Dujarric.

Hasta el 11 de octubre, según Naciones Unidas, los nuevos casos de COVID-19 notificados en Armenia se habían duplicado en dos semanas, y en Azerbaiyán los contagios han aumentado aproximadamente un 80 por ciento durante la última semana. Armenia está al borde de los 60.000 contagios, con algo más de 1.000 muertos, mientras que Azerbaiyán suma 42.750 casos y 616 fallecidos, según la Universidad Johns Hopkins.

"La COVID-19 no respeta fronteras ni líneas de separación. Aprovechará cualquier lapso de vigilancia, cualquier crisis que desvíe nuestra atención del esfuerzo global para detener su marcha mortal", advirtió Dujarric este miércoles en declaraciones a la prensa.

Según el portavoz de la ONU, la escalada en el conflicto creará "el entorno para que el virus se propague y la movilización de tropas para el conflicto, junto al desplazamiento de poblaciones a causa de él, se suman a la capacidad del virus para afianzarse", tal y como ha advertido la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Esta agencia, junto con todos los equipos de la ONU en Armenia y Azerbaiyán, continúa apoyando la respuesta a la pandemia en ambos países para salvar vidas y medios de vida afectados por la misma. Además, precisó Dujarric, la ONU "también está ampliando sus operaciones para responder a las crecientes necesidades de salud en las que inevitablemente incurrirán las continuas hostilidades, lo que incluye los preparativos para una mayor transmisión de COVID-19".

La OMS clasificó el pasado 6 de octubre el conflicto entre Armenia y Azerbaiyán como una emergencia aguda grado 2, es decir, un evento que afecta a uno o varios países con consecuencias moderadas para la salud pública.

En opinión de Dujarric, el conflicto en Nagorno Karabaj "es otro claro ejemplo de por qué debe respetarse el llamamiento del secretario general", Antonio Guterres, a un alto el fuego a nivel mundial para centrar los esfuerzos en combatir a la COVID-19. "Como ha dicho a menudo, mientras los humanos sigan luchando contra otros humanos, el único ganador será el virus", subrayó.

Las partes acordaron el viernes un alto el fuego humanitario que entró en vigor el sábado, con vistas al intercambio de prisioneros y a la entrega de los caídos en combate, pero Bakú y Ereván se han acusado desde entonces de haberlo incumplido.

Ambos países se hayan inmersos también en una campaña de propaganda, ofreciendo balances difíciles de contrastar de las bajas infligidas a la parte contraria y de sus victorias bélicas. En todo caso, decenas de civiles han muerto en ambos bandos y numerosos más han resultado heridos como resultado de la reanudación de los combates.

CIENTOS DE MILES DE AFECTADOS

Según denunció este martes el director para la región de Eurasia del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), Martin Schuepp, "hay cientos de miles de personas afectadas en toda la región" por la reanudación del conflicto.

"Los civiles están murieron o sufriendo heridas que cambiarán sus vidas", alertó, subrayando que "viviendas, negocios y otrora concurridas calles están quedando reducidas a escombros".

"Los ancianos y los bebés figuran entre quienes se están viendo forzados a pasar horas en sótanos sin calefacción o a abandonar sus hogares en busca de seguridad", subrayó el responsable del CICR, que incidió igualmente en que las instalaciones sanitarias y su personal tienen problemas para poder afrontar las necesidades e incluso están siendo objeto de "ataques directos". "Hay trastorno, pérdida y miedo en las comunidades a ambos lados de la línea de contacto", destacó.