En 40 años, Irán transformó sus relaciones con su otrora enemigo jurado Irak

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Hace cuarenta años Irak e Irán libraban una sangrienta guerra. Ahora, Teherán, a través de sus aliados en el poder en Bagdad, no cesa de acrecentar su peso político y comercial en Irak.

En la época de la guerra entre la República Islámica de Irán, nacida con la revolución de 1979, y el Irak de Sadam Husein, "era imposible imaginar que un día los pro-Irán tomaran las riendas del poder", declara a la AFP Aziz Jaber, profesor de ciencias políticas en la universidad Mustansariya de Bagdad.

Y sin embargo, fue la invasión de Irán el 22 de septiembre de 1980 por parte de Sadam Husein la que plantó la semilla del nuevo poder instalado en Irak tras la invasión estadounidense de 2003.

Durante la guerra, Teherán recibió, formó y reclutó a opositores iraquíes: los kurdos y el Consejo supremo de la Revolución Islámica en Irak y su muy temido brazo armado, la organización Badr.

Desde 2003, a raíz de una invasión dirigida por Estados Unidos que había desarrollado pocos contactos en las filas de los anti-Sadam, los aliados de Irán consolidaron de manera lenta pero segura su influencia.

De los seis primeros jefes de gobierno nombrados desde entonces, tres pasaron la mayor parte de los ochenta en Irán. Los comandantes de la organización Badr constituyen hoy un gran contingente de altos funcionarios del Estado iraquí y la familia Barzani, que domina el Kurdistán, también estuvo exiliada en Irán en la época de Sadam.

"Irán cuenta con astutos políticos" que "no solo crearon una red de aliados [iraquíes] para la guerra sino que después sacaron provecho" de esta red cuando estos iraquíes llegaron al poder en Bagdad, analiza Jaber.

Y en su propio territorio, la guerra contra Irak es una referencia. Hoy, los sanitarios que luchan contra el nuevo coronavirus son alabados como lo fueron los "mártires" de la guerra contra Sadam Husein.

- Pulmón económico de Irán -

En Irak, los beneficios no son políticos. Aunque oficialmente el Irak de Sadam Husein no comerciaba con Teherán, el contrabando proveniente de Irán hizo que los años de embargo (1991-2003) fueran menos duros. Y cuando Sadam Husein fue derrocado, el comercio volvió a fluir.

"Es el orden natural de las cosas que dos países vecinos comercien: como Polonia y Alemania después de los horrores de la Segunda Guerra Mundial", asevera Esfandayar Batamanghelidj, del sitio Bourse & Bazaar, que promueve una diplomacia comercial con Irán.

Irán tiene una gran ventaja ya que sus precios desafían cualquier competencia. Desde materiales de construcción a vehículos, pasando por los medicamentos y las verduras, aplastan a la producción iraquí. Bagdad, con precarias infraestructuras, depende de Irán para su electricidad.

Esto hace que Irak sea el primer cliente de Irán, exceptuando para los hidrocarburos. Desde marzo de 2019 a marzo de 2020, Teherán vendió 9.000 millones dólares (7.645 millones de euros) de mercancías en Irak, según la Cámara de Comercio iraní.

La presidente iraní Hasan Rohani fijó en julio el nuevo objetivo: alcanzar 20.000 millones.

Para Irán, sometido a sanciones económicas de Estados Unidos, su vecino occidental es un salvavidas.

"Las empresas iraníes buscan consumidores porque no pueden aumentar sus ventas en su país", explica a la AFP Batmanghelidj.

- País "ofrecido a Irán" -

Pero en Irak, la creciente influencia de Irán no agrada a todos.

"Los dirigentes actuales ofrecieron nuestro país a Irán, nuestra economía, nuestra agricultura e incluso nuestras fuerzas armadas", se indigna Mohammed Abdelamiar, que fue reclutado para combatir al enemigo iraní.

"Combatí cinco años, fui prisionero de guerra en Irak diez años y, al final, vi a mí país ofrecido a Irán", continúa.

Los manifestantes de la revuelta de octubre de 2019 en Irak lo dejaron claro: para criticar a sus dirigentes, les apodaron "los tentáculos de Irán".

Una de las personas más vilipendiadas fue el general iraní Qassem Soleimani, artífice de la estrategia de la República Islámica en Oriente Medio, formado en acción militar durante la guerra contra Irak.

En enero fue asesinado por Estados Unidos con un ataque de dron junto a Abu Mehdi al Muhanids, su socio iraquí formado en el seno de Badr, en el mismo frente iraní.

Su muerte asestó un duro golpe a la influencia iraní en Irak. Pero Teherán está lejos de ser desestabilizado, asegura a la AFP Renad Mansur, del centro de reflexión Shatam House.

"Irán tiene aliados en las redes políticas oficiales pero también entre los actores informales: milicianos, hombres de negocios y otros", explica el investigador.

Y añade que Teherán se proyecta en el futuro a largo plazo: "¿Dónde queremos que esté Irak en 50 años?".

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