El Tour de Francia... ¿la mejor manera de preparar el Mundial?

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Una semana después del Tour de Francia, los ojos de los aficionados al ciclismo estarán puestos en Ímola, la ciudad italiana en la que se disputará el Mundial de Ruta, una prueba para la que muchos de los aspirantes se preparan en la Grande Boucle.

Julian Alaphilippe, Wout van Aert, Marc Hirschi, Maximilian Schachmann, Alejandro Valverde o Dani Martínez... Los aspirantes al maillot arcoíris se encuentran en una situación inédita, disputando un Tour a menos de dos semanas del Mundial, cuando lo habitual es que dos meses separen ambas pruebas.

La pregunta surge inmediatamente: ¿El Tour es la mejor preparación o era mejor saltarse la cita francesa, como ha hecho el danés Jakob Fuglsang? Todo depende de la manera en cómo haya corrido el ciclista este Tour, asegura el francés Rudy Molard, preseleccionado por Francia para ayudar a Alaphilippe.

- Fatiga de la general -

"La fatiga física y mental de la clasificación general puede pesar, el estado de frescura al final del Tour contará. Pero Julian no ha competido por la general", recuerda a la AFP el escalador del Groupama-FDJ. "El Mundial es su gran objetivo y sabe gestionar el esfuerzo. Ha hecho muchos esfuerzos, pero también ha acabado de vez en cuando con el 'gruppetto'".

Fue el caso del jueves, cuando después de meterse en varias escapadas levantó el pie. "Lo he probado pero era demasiado difícil", admitió Alaphilippe, que ya había anunciado que no quiere "acabar demasiado cansado" el Tour, recordando que en 2019 completó la carrera exhausto tras haber vestido de amarillo durante 14 días.

Todo lo contrario que el belga Wout van Aert, quien aseguró al acabar la etapa de este jueves que se encuentra "completamente jodido".

El joven ciclista del Jumbo, 25 años, ha sido uno de los destacados de la formación holandesa, trabajando a destajo en la montaña en favor de su líder, el esloveno Primoz Roglic. Pese al cansancio, Van Aert no renuncia a ganar el Mundial.

- Tres últimos días 'light' -

Y a menos que Van Aert aspire a un tercer triunfo de etapa en este Tour, tiene por delante tres jornadas más tranquilas.

"Tenemos la suerte de tener una 'crono' el sábado, eso hace una etapa menos", analiza Rudy Molard. "La del viernes es menos difícil también y acabamos en los Campos Elíseos (el domingo). Vamos a decir que los tres últimos días del Tour son un poco más 'light'", añade.

Una buena noticia también para el suizo Marc Hirschi, uno de los ciclistas que más ha impresionado en el Tour y que volvió a estar escapado en la jornada del jueves, hasta que se cayó bajando el último puerto. "Difícil de decir" si el Tour es la preparación ideal para el Mundial, estimó el vencedor de la 12ª etapa.

"Es mi primera gran vuelta. Tengo que ver cómo reacciona mi cuerpo", aseguró el nativo de Berna.

El polaco Michal Kwiatkowski, que logró el jueves su primer triunfo de etapa en 10 participaciones en el Tour, no ve a la Grande Boucle como un problema de cara al Mundial.

"Voy a ir en buena condición" al Mundial, aseguró el que ya se vistiera de arcoíris en 2014. "En 2016 ya encadené con la Clásica de San Sebastián", una prueba de recorrido similar al de Ímola que tradicionalmente se disputa una semana después del Tour.

De hecho, de los últimas 10 ediciones de la Clásica de San Sebastián, sólo uno la ganó sin haber corrido ante el Tour.

La gran capacidad de resistencia al esfuerzo que adoptan los ciclistas en el Tour será beneficiosa para "la última hora de carrera" del Mundial, que tendrá 260 km de recorrido y unos 5.000 metros de desnivel, por lo que se necesitarán unas siete horas de esfuerzo para llegar a la meta en Ímola.

Otros que sueñan con ganar en Italia, como el colombiano Daniel Martínez, en gran forma tras ganar en agosto el Critérium del Dauphiné y una etapa en este Tour de Francia, no quieren pensar aún en la cita mundialista: "Vamos a acabar primero el Tour, intentar recuperar un poco y ya pensaremos en el Mundial", declaro durante la segunda jornada de descanso.

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