Angelo Assumpçao, el gimnasta que osó denunciar el racismo en Brasil

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Compararon el color de su piel con una bolsa de basura y se burlaron de su cabello. Hastiado y dolido, Angelo Assumpçao alzó su voz con la esperanza de frenar el racismo en Brasil pero en cambio, dice, su carrera como gimnasta se vino a pique.

Con frecuencia la duda martilla su mente. ¿Habría podido competir en alguna Olimpiada? ¿En su cuello colgaría alguna medalla? A los 24 años este joven negro y musculoso, criado en las periferias de Sao Paulo, aún sueña con convertirse en un deportista de élite.

"¿Sin el racismo, que para algunas personas no existe, dónde estaría mi carrera?", se pregunta en entrevista con la AFP.

Su historia, que llama lucha, se remonta a noviembre de 2019 cuando salió de forma abrupta del club Pinheiros, enclavado en un barrio acomodado de Sao Paulo, donde se formó desde niño rodeado de jóvenes blancos.

La institución rescindió su contrato alegando bajo desempeño. Pero Assumpçao asevera que fue excluido por denunciar discriminaciones raciales, comunes en el último país americano en abolir la esclavitud.

"Esas situaciones realmente afectan tu trabajo", comenta.

- Ser víctima es "caro" -

Los "momentos maravillosos" vividos con aquella escuadra exclusiva, formada en 1899, fueron opacados por un incidente ocurrido tras el mayor triunfo de su corta carrera.

En 2015 obtuvo la presea dorada de la prueba de salto en la etapa de la Copa del Mundo de Gimnasia Artística disputada en Sao Paulo, pese a que compitió como reemplazo del lesionado Arthur Nory.

Días después, Nory publicó un video en el que, frente a Assumpção, hacía bromas racistas junto a los también gimnastas blancos Henrique Flores y Felipe Arakawa: "¿Las bolsas del supermercado de qué color son? ¡Blancas! ¿Y las de basura? ¡Negras!".

Los tres fueron suspendidos un mes por la Confederación Brasileña de Gimnasia y se disculparon. Pero la carrera de Angelo empezó a derrumbarse.

"Compararme con la basura (...) traspasó todos los límites", apunta. "Ser víctima del racismo en Brasil, en todo este mundo, sale muy caro, pero es muy barato si uno es el opresor, porque la vida de Arthur Nory continuó".

Un año después, en los Olímpicos de Rio, Nory ganó el bronce. Angelo decía superado el incidente, pero ahora reconoce que estaba sumido en una depresión por ese y otros "momentos fuertes" de discriminación sufridos en Pinheiros.

En un primer momento optó por callar públicamente, pero asegura que se quejó ante la directiva del club. "No quise llevar eso a la justicia porque tenía miedo de recibir una reprimenda social", confiesa.

Nory siguió representando a Brasil y ganó plata en los Panamericanos de Lima-2019. A Assumpção lo descartaron.

- Club niega racismo -

El año pasado Pinheiros, cuyos deportistas han ganado doce medallas olímpicas, realizó una auditoría interna que detectó "injurias raciales" y "asedio moral" de algunos atletas y entrenadores, reveló Globo Esporte en agosto.

El club, que asegura implementar políticas de inclusión, negó en un comunicado enviado a AFP que la salida del gimnasta tuviera motivaciones raciales: Pinheiros "no acepta y repudia cualquier insinuación de que haya habido racismo", destacó.

Assumpção denuncia un "racismo estructural" en la institución. Cuenta que se burlaban de sus rasgos y desacreditaban sus trenzas porque supuestamente no eran dignas de un deportista.

"Después de mi salida del Pinheiros busqué otros clubes, pero no tuve éxito. El medio de la gimnasia es muy pequeño y las personas se hablan", asegura.

"Intenté conversar también con algunos países para ver si existía la posibilidad [de entrenar allá], pero llegó la pandemia", agrega. "Ahí empecé a entrenar en casa".

Sin competir desde septiembre de 2019 y sin contrato hace diez meses, Assumpçao sobrevive gracias al apoyo de amigos y familiares, que promueven una colecta para ayudarlo.

En Brasil, donde el 54% de sus 212 millones de habitantes son negros o mestizos, siente que su lucha es "solitaria".

Por eso destaca que el astro Neymar haya denunciado supuesto racismo del defensa español Álvaro González en un juego de la liga francesa el domingo pasado. "Eso demuestra que aunque uno sea el mejor atleta del mundo, reconocido, rico, nos juzgan por nuestro color", sostiene.

A diferencia de Estados Unidos, donde han estallado protestas antirracistas, asegura que en Brasil los deportistas negros no cuentan con apoyo de instituciones, colegas o patrocinadores.

"Cuando quiero hablar de racismo me pueden boicotear", explica. "La gente no tiene miedo de ser racista, solo tiene miedo de ser sancionada en internet".

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