La caza del urogallo, permitida pese al coronavirus, crea polémica en el Reino Unido

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Las nuevas restricciones introducidas esta semana en Inglaterra prohíben toda reunión de más de seis personas, salvo casos contados como escuelas y oficinas, funerales o la caza del urogallo, una actividad apreciada por las élites británicas que desató la polémica.

En el país más castigado de Europa, con más de 41.600 muertos confirmados por covid-19, desde el lunes están prohibidas las grandes reuniones de amigos o familia, pero se otorga una excepción a las actividades deportivas organizadas.

Y esta se aplica a la caza del urogallo, que se efectúa por un grupo de personas que, colocadas en línea, avanzan disparando al aire para abatir a las aves.

Esta actividad se hizo popular a mediados del siglo XIX entre la aristocracia británica y se sigue practicando desde entonces, en particular por las élites políticas.

El tema indignó a la izquierda, que ya reprochaba al gobierno de Boris Johnson un comportamiento elitista a veces irrespetuoso de las reglas impuestas a la población.

"Una vez más, hay una regla para los ministros y sus amigos, y otra para nosotros", lanzó Luke Pollard, portavoz del Partido Laborista sobre cuestiones ambientales, refiriéndose a la caza.

"Increíble" titulaba el tabloide izquierdista Daily Mirror. "Se prohíben las reuniones de familia, se llama a los vecinos a espiarse (...) pero no se preocupen, el gobierno dice que pueden seguir cazando con 29 amigos", fustigó.

Preguntada en la radio privada LBC si se podría organizar una fiesta de cumpleaños durante una cacería de urogallos, la ministra del interior, Priti Patel, respondió que "en teoría se podría intentar".

Pero abogó por el estricto cumplimiento de las normas, incluso si eso significa denunciar eventuales infracciones a la policía: "Si yo viera reuniones de más de seis personas, definitivamente lo señalaría".

pau-acc/mis