"La mentalidad rusa no está hecha para el capitalismo", estima el director Andréi Konchalovski

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"La mentalidad rusa no está hecha para el capitalismo", estimó el director Andréi Konchalovski, quien compite en Venecia con "¡Queridos camaradas!", un filme sobre la "pureza" de los ideales comunistas y de los abusos de poder en la era soviética.

El célebre realizador, de 83 años, con una extensa filmografía, apunta al León de Oro, al narrar una masacre que realmente tuvo lugar en la Unión Soviética en junio de 1962 y que permaneció en secreto por décadas.

Konchalovski, vencedor de dos Leones de Plata en 2016 y 2014, vuelve al Lido con un filme en blanco y negro, de dos horas de duración, dedicado a la historia de una mujer, militante convencida del Partido Comunista local, que pierde sus férreos ideales tras presenciar la masacre cometida en la ciudad soviética de Novocherkask, durante la cual desaparece la hija.

"¡Queridos camaradas! aborda la ambivalencia de la vida a través de una mujer muy poderosa, estalinista, muy pura, (...) que cree en el comunismo", y la dificultad que tiene "para entender que la vida es más compleja", explicó el realizador en una charla con la AFP.

La película, apoyada por el Ministerio de Cultura de Rusia, recrea la masacre de Novocherkask, ocurrida el 1 de junio de 1962, cuando 5.000 trabajadores salieron a las calles para protestar contra el aumento de los precios y el recorte de los salarios.

Para reprimir las huelgas y manifestaciones soldados del ejército y agentes de la KGB abrieron fuego contra los manifestantes: 26 personas desarmadas perdieron la vida, más de 200 fueron arrestadas y siete fueron condenadas a muerte.

- Una masacre ocultada -

La masacre permaneció en secreto hasta finales de la década de 1980, poco antes de la desintegración de la Unión Soviética a finales de 1991.

El tema "puede parecer muy actual pero francamente esa no era mi intención", asegura el director.

La película "es un cuento de hadas sobre unos  personajes, que son buenos y malos al mismo tiempo", explicó Konchalovski, considerado cercano al presidente ruso, Vladimir Putin.

La película reproduce esa época en forma detallada y apunta a la responsabilidad de las autoridades soviéticas en la masacre y en su ocultación, hasta llegar a disponer alquitrán para tapar los charcos de sangre y obligar a los manifestantes a firmar una declaración de silencio so pena de muerte.

"Muchos comunistas eran muy idealistas, no tenían idea de manejar las cosas ni de cómo saldrían", explica el cineasta, que empleó cientos de extras y actores no profesionales.

"La mayoría de las personas que vivieron bajo el régimen soviético creían que estaban creando algo muy especial y bueno para la humanidad", explicó la actriz principal y esposa del director, Yulia Vysotskaya.

"Hubo cosas buenas y cosas terribles. ¿Quiénes somos nosotros para juzgar?", agregó.

El 'maestro' Konchalovski, que volvió a rodar en Rusia tras una larga carrera en Estados Unidos, es el cineasta más anciano que compite este año por el León de Oro, casi 60 años después de su primera aparición en el Lido.

"Los últimos treinta años, después del colapso de la Unión Soviética, han demostrado que la mentalidad rusa no está hecha para el libre mercado ni para el capitalismo", añadió.

El comunismo en Rusia permitió que "la codicia fuera controlada por el Estado", sostiene.

"La sociedad venidera será una sociedad donde la codicia estará bajo control y reprimida. Eso es el socialismo", concluyó.

bur-kv/mis