Los países bálticos sancionan al presidente bielorruso

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Lituania, Estonia y Letonia incluyeron este lunes en una lista negra al presidente de Bielorrusia, Alexandre Lukashenko, que sigue sin mostrar ninguna voluntad de diálogo con la oposición, movilizada desde hace semanas.

Decenas de miles de manifestantes salieron el domingo a las calles de la capital, Minsk, para protestar por tercer fin de semana consecutivo contra la reelección el 9 de agosto de Lukashenko.

La marcha se produjo entre un fuerte dispositivo policial y se saldó con decenas de detenciones. El mandatario volvió a mostrarse en un residencia presidencial, con un chaleco antibalas y un fusil en la mano.

El lunes, los tres países bálticos, que junto con Polonia son los rivales más firmes de Bielorrusia, unieron fuerzas para apoyar a los manifestantes del país vecino.

"Nuestro mensaje es que no sólo hay que emitir declaraciones, hay que tomar medidas concretas", dijo a la AFP el ministro de Relaciones Exteriores lituano, Linas Linkevicius.

Además de Lukashenko, de 66 años, y quien lleva 26 en el poder, la listas negra incluye a 29 funcionarios, sobre todo de la comisión electoral, ministerios y fuerzas del orden.

Según Linkevicius, las listas podrían ampliarse próximamente.

El portavoz de la diplomacia bielorrusa, Anatoli Glaz, citado en la página web del ministerio, consideró que estas "presiones" eran contraproducentes y prometió una respuesta "adecuada" contra estos tres países.

Lituania, que se ha puesto a la cabeza de la diplomacia europea respecto a Bielorrusia, brinda refugio a la líder de la oposición Svetlana Tijanóvskaya.

La Unión Europea, que rechaza el resultado de las elecciones, también prevé prohibiciones de acceso y bloqueo de activos para unos 20 funcionarios bielorrusos, pero la lista necesita la aprobación de los 27 Estados miembros.

Algunos países occidentales de la UE consideran que sancionar a Lukashenko podría trabar los esfuerzos para crear un diálogo entre las autoridades y la oposición, y además empujaría al presidente bielorruso hacia Rusia.

- Detienen a opositora -

Lejos de estar dispuesto para el diálogo, el régimen de Lukashenko multiplica las medidas contra la oposición y las voces críticas.

Este lunes, destituyó al embajador bielorruso en España, Pavel Pustovoy, informó la agencia de prensa estatal Belta. A mediados de agosto, el diplomático se pronunció en Facebook a favor de un nuevo recuento de votos de la elección presidencial.

Una dirigente del consejo de coordinación de la oposición, creado para impulsar una transición política, también fue detenida este lunes.

"El arresto (de Lilia Vlassova) fue antecedido de un allanamiento en su casa", indicó a la AFP Pavel Latushko, también miembro del órgano director de ese consejo que es investigado por las autoridades.

Vlassova, de 67 años, es una jurista de renombre en su país, especializada en la mediación.

Varios miembros del consejo debieron rendir declaraciones la semana pasada, como la Premio Nobel de Literatura Svetlana Alexievich; Latushko, exembajador y exministro de Cultura, o una de las figuras de la campaña de la oposición presidencial, Maria Kolesnikova.

Además, un responsable del comité de huelga del fabricante de potasio Belaruskali, una industria clave en la economía del país, Anatoli Bokun, fue condenado a 15 días de cárcel.

Este lunes, el jefe de la Iglesia católica bielorrusa, que se ha expresado en varias ocasiones contra la represión de las autoridades, no fue autorizado a entrar en Bielorrusia, aunque tiene la nacionalidad.

Monseñor Tadeusz Kondrusiewicz "regresó a Polonia", dijo a la AFP su portavoz Yuri Sanko, quien aseguró que no había recibido "ninguna explicación de las autoridades bielorrusas".

- Lukashenko alude a referéndum -

El único gesto que ha mostrado el mandatario hacia la oposición es la idea de un referéndum constitucional para aplacar el inédito y masivo movimiento de protesta al que se enfrenta, aunque sin precisar su calendario o contenido.

Según Lukashenko, citado por la agencia de prensa estatal Belta, varios "especialistas", entre ellos jueces de la Corte Suprema, trabajan en una revisión de la ley fundamental que será luego sometida "a referéndum".

El mandatario reconoció que Bielorrusia está regido por un "sistema un poco autoritario" y aludió a una posible reforma judicial.

Hasta ahora, el presidente cuenta con el tímido apoyo de su aliado más cercano, el presidente ruso Vladimir Putin, quien dijo estar dispuesto a intervenir si las protestas degeneraban.

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