Mozambique: ¿Nuevo foco insurgente en África?

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MAPUTO, Mozambique (AP) — La toma de una ciudad portuaria de Mozambique y el hecho de que los rebeldes hayan podido mantenerla bajo su control hacen pensar que África tiene un nuevo foco insurgente.

Se espera que el gobierno trate de reconquistar Mocímboa da Praia, un puerto estratégico del nordeste de Mozambique que fue capturado por extremistas este mes.

La Provincia Africana Central del Estado Islámico mostró nuevos niveles de organización, estrategia, cantidad de personal y de armas en una batalla que duró días y que culminó con la toma de la ciudad.

La victoria de los extremistas en Mocímboa suma un nuevo obstáculo a los inversionistas que pagan miles de millones de dólares para explotar grandes depósitos de gas natural licuado en el norte de Mozambique.

Mocímboa, ubicada en el extremo norte de la provincia Cabo Delgado, es un viejo puerto sobre el océano Índico, cerca de la frontera con Tanzania. Es la tercera vez este año que los rebeldes toman Mocímboa y la que más tiempo han tenido bajo su control esta localidad de unos 30.000 habitantes.

Los rebeldes surgieron en el 2017. Inicialmente eran un puñado de militantes pero reclutaron mucha gente en poco tiempo y hacen violentas incursiones en localidades costeras de Cabo Delgado, en las que mataron a más de 1.500 personas, según el Proyecto de Ubicación de Conflictos Armados y de Recolección de Información. Han jurado lealtad a la organización Estado Islámico.

Los insurtentes atacaron, y tomaron, varias veces el centro de Mocímboa da Praia, primero en marzo, luego en junio y ahora en agosto. Esta vez también asumieron el control del puerto.

“La caída de Mocímboa da Praia es una importante victoria estratégica para los insurgentes”, afirmó Eric Morier-Genoud, historiador de la Universidad de la Reina en Belfast. “También una victoria personal. Muchos líderes insurgentes son de esta ciudad y regresaron para imponer su ley”, acotó. “Les tomó cinco días capturar la ciudad y su puerto, en los que mostraron determinación, organización y buena planificación”.

El ataque fue “muy sofisticado”, de acuerdo con el analista militar y excoronel del ejército sudafricano Johann Smith. Antes de lanzar el ataque, realizaron “acciones preliminares” en los alrededores de la ciudad y “despejaron suburbios haciendo que la gente se fuera”.

Del 5 al 10 de agosto combatieron las fuerzas del gobierno en Mocímboa. Emboscaron una caravana de refuerzos provenientes de Mueda. Más de 50 soldados murieron en la emboscada, que tuvo lugar en el pueblo de Awasse, según distintas fuentes.

Las fuerzas del gobierno tuvieron el apoyo de helicópteros de combate piloteados por los mercenarios del Dick Advisory Group, que no resultaron tan efectivos pues tuvieron que regresar a la capital provincial de Pemba para reabastecerse de combustible. Por otro lado, dejaron caer pertrechos, incluidas municiones, muy lejos del sitio donde se las necesitaba, según la agencia noticiosa Zitamar.

El 11 de agosto el puerto estaba en manos rebeldes, que abrieron fuego contra naves del gobierno para impedir la llegada de refuerzos, informó el ministro de defensa Jaime Neto en una conferencia de prensa.

Los extremistas controlan la ciudad desde hace dos semanas y se especula que se preparan para resistir los esfuerzos del gobierno por reconquistarla.

“Los militares de Mozambique van a tomar Mocímboa da Praia. Lo que no se sabe es cuándo ni cómo”, dijo el experto Morier-Genoud. “Cuando lo hagan, habrá que ver si pueden conservar el control. La organización y la logística del ejército obviamente no funcionaron esta vez”.

Los servicios telefónicos y le acceso a la internet están interrumpidos en Mocímboa, por lo que es difícil prever lo que van a hacer los rebeldes, añadió.

“Sabemos que le dijeron a la población que llegaron para quedarse”, dijo Morier-Genoud. “Si esto es realmente lo que planean, tendrán que asegurar el control de la ciudad e instalar un centro administrativo, que probablemente acate las leyes islámicas, o sharía.

El profesor Yussuf Adam, académico que estudia desde hace años Cabo Delgado, opina que los insurgentes tal vez no quieran conservar Mocímboa sino “seguir lanzando ataques sueltos”, evitando quedarse en zonas donde pueden ser bombardeados por el aire.

“Atacarán una y otra vez”, dijo Adam.

Al margen de la ayuda de los mercenarios del Grupo Dyck, el gobierno de Mozambique no ha pedido asistencia del exterior.

El ministro de defensa Neto dijo hace poco que la única ayuda que el país pide a sus vecinos es que “vigilen las fronteras para evitar que entren bandidos a nuestro territorio”.