La pandemia impide a rohinyás en Bangladés conmemorar tres años de exilio

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Llamados a confinarse frente a la pandemia del coronavirus, los rohinyás refugiados en campamentos de Bangladés no pudieron conmemorar este martes lo que llaman el "Día del Genocidio", en el tercer aniversario del éxodo de esta minoría musulmana perseguida en Birmania.

"No habrá manifestaciones, ni trabajo, ni plegarias en las mezquitas, ni actividades de las oenegés ni de organizaciones humanitarias, tampoco escuelas coránicas y distribuciones de comida", explicó a la AFP Mohib Ullah, uno de los líderes rohinyás en los campamentos.

Las tiendas y puestos de té, lugares habituales de sociabilización, estaban cerrados el martes en Kutupalong, el mayor campamento de refugiados en el mundo, después de que los líderes rohinyás pidieran a sus habitantes que se recluyeran.

Unos 750.000 rohinyás amenazados por un exterminio étnico huyeron en 2017 de Birmania perseguidos por el ejército y milicias budistas y se sumaron a los 200.000 miembros de esta comunidad que ya se habían instalado antes en Bangladés.

La llegada masiva de refugiados provocó la creación de inmensos campamentos improvisados con chozas y cabañas de bambú en el distrito de Cox's Bazar, en el sudeste de Bangladés, donde abunda la miseria.

"No puedo describir todo el sufrimiento de estos tres últimos años. Vivimos en campamentos como mendigos y parias, vuelvo a ver a menudo en mis sueños mi casa (en Birmania) cubierta por la sombra de un árbol, las vacas y mi familia feliz", declaró Mohamad Bashar, de 30 años, que perdió a su padre y sus tíos durante la persecución.

Las grandes operaciones del ejército birmano empezaron el 25 de agosto de 2017 en respuesta a ataques de grupos rebeldes rohinyás.

"El ejército birmano "mató a más de 10.000 de los nuestros. Cometieron masacres en masa y violaciones y obligaron a nuestro pueblo a huir de sus casas", recordó Ullah.

Las masacres y violaciones cometidas entonces reforzaron las acusaciones de "genocidio" a las autoridades birmanas, el cual la premio Nobel de la Paz Aung San Suu Kyi niega que existiera.

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