Autor de matanza en mezquitas de Nueva Zelanda escuchará su condena en presencia de supervivientes

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El supremacista blanco que mató a 51 personas en marzo de 2019 en dos mezquitas de Christchurch, en Nueva Zelanda, escuchará su condena la semana que viene en presencia de los supervivientes y de familiares de las víctimas de la masacre.

El australiano Brenton Tarrant, que podría ser condenado a cadena perpetua, fue declarado culpable de asesinato de 51 personas, 40 intentos de asesinato y un acto terrorista.

Tras haber negado durante mucho tiempo ser el autor de la mayor matanza de la historia moderna de Nueva Zelanda, acabó por declararse culpable.

A partir de lunes, Tarrant asistirá a cuatro días de audiencias al cabo de las cuales se pronunciará su condena.

Supervivientes y familias de las víctimas están autorizados a estar presentes en la sala de audiencia, por lo que se encontrarán cara a cara con el acusado por primera vez.

Hasta ahora, las comparecencias del acusado se hacían a través de una conexión por video desde la prisión de Auckland, excepto la que tuvo lugar a puerta cerrada al día siguiente del ataque.

El juez del Tribunal Superior de Christchurch, Cameron Mander, estimó que estos cuatro días eran importantes para las víctimas de esta matanza, cuya atrocidad conmocionó a esta nación del Pacífico conocida por su tranquilidad.

Entre las 66 personas llamadas a testificar, una gran cantidad proviene del extranjero.

Debido a las restricciones relacionadas con el nuevo coronavirus, otros cientos de personas asistirán a la retransmisión de las audiencias desde siete salas del tribunal y otras lo seguirán a través de internet.

La primera ministra Jacinda Ardern reconoció que esta semana será difícil para muchos.

"Creo que no hay nada que pueda decir para atenuar su trauma durante este momento", declaró el viernes a la prensa.

- Medidas excepcionales-

"Probablemente llevará tiempo, es así como debe hacerse, la gente necesita ser escuchada", añadió Ardern.

Entre las medidas que requirió la organización de las audiencias, se garantizará la traducción simultánea en ocho idiomas para los miembros de la comunidad musulmana, de orígenes muy diversos.

Las autoridades también prevén impedir que Tarrant, que asegurará su propia defensa después de haber prescindido de sus abogados en julio, convierta este momento en una tribuna para promover sus convicciones.

El juez Mander impuso igualmente restricciones excepcionales a los medios para evitar que el acusado de 29 años obtenga algún eco, incluso si intenta hacer propaganda.

El magistrado indicará a los medios, que no están autorizados a relatar en directo el contenido de las audiencias, de qué pueden informar o no. Cualquier infracción podrá ser perseguida judicialmente por desacato al tribunal.

Estas medidas muestran hasta que punto esta matanza afectó a la sociedad neozelandesa.

Desde aquel momento, el gobierno endureció las leyes sobre las armas e intensificó su lucha contra el extremismo en internet.

Tarrant, que creció en una pequeña ciudad australiana, se instaló en Nueva Zelanda en 2017.

Solitario, pasaba muchas horas en foros de internet en su casa de Dunedin (sur), donde había almacenado armamento que sirvió para la masacre que planificó en Christchurch.

Equipado con un arsenal de armas semiautomáticas, abrió fuego sucesivamente en dos mezquitas durante las plegarias del viernes, día de descanso y oración musulmán, y mató a 51 personas, todas musulmanas. Además, grabó los hechos y retransmitió la matanza en directo en la red Facebook.

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