El Super Rugby, en punto muerto: el hemisferio sur busca un futuro

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¿Volverá algún día el Super Rugby? Los participantes del prestigioso campeonato de franquicias del hemisferio sur, en peligro por la pandemia, buscan desesperadamente una solución para salvarse... Sin demostrar una gran solidaridad.

Nueva Zelanda y Australia pugnan por un potencial nuevo formato que dejaría a Argentina al margen, y Sudáfrica, flamante campeona del mundo pero muy frágil por la pandemia de coronavirus, tampoco está en condiciones de liderar: el futuro de la competición está más en duda que nunca.

. Un callejón sin salida: los largos viajes

Un punto en el que todos están de acuerdo es que el formato actual del Super Rugby, sinónimo de largos viajes en avión y de importantes diferencias horarias entre Nueva Zelanda, Australia, Argentina y Sudáfrica, no es viable. El consenso se ha impuesto durante la crisis sanitaria que ha congelado los viajes internacionales.

Esta noticia es especialmente perjudicial para la franquicia argentina de los Jaguares, presente en el Super Rugby desde 2015 y a 8.000 kilómetros de distancia de Johannesburgo, 10.000 de Auckland y 12.000 de Melbourne. Sola en el continente sudamericano, la antesala de los Pumas está claramente en el punto de mira.

Las cuatro franquicias sudafricanas también están en peligro. El país ha sido el más golpeado del continente africano por la pandemia y Nueva Zelanda no quiere correr ningún riesgo con este asunto.

. La solución neozelandesa: un torneo 'trans-Tasmano'

La Federación Neozelandesa (NZ Rugby) potente en el terreno de juego pero débil comercialmente por su escaso número de habitantes (4,9 millones), propuso su solución: un torneo 'trans-Tasmano' entre las franquicias kiwis y australianas y un nuevo equipo que agrupe a las islas del Pacífico (Fiyi, Tonga, Samoa).

En este proyecto no se guarda sitio a los Jaguares ni a las cuatro franquicias sudafricanas. Una decisión "extremadamente difícil", dijo en julio el presidente de NZ Rugby, Mark Robinson.

Pero esta solución no podrá ver la luz sin el apoyo de Rugby Australia, la federación australiana, que por el momento se ha opuesto.

Los australianos querrían que sus cinco franquicias -incluida la Western Force de Perth, expulsada del campeonato en 2017- tuvieran hueco en este nuevo formato, frente a la horquilla de 2 a 4 equipos propuesta por los neozelandeses. Rugby Australia dio un ultimátum a sus vecinos, que tienen hasta el 4 de septiembre para decidir.

. Una posible solución: ¿cada uno en su casa?

Aunque todavía no ha terminado con el Super Rugby bajo su formato actual, la pandemia de coronavirus ha obligado en todo caso a la cancelación de su edición 2020.

Nueva Zelanda fue la primera, a mediados de junio, en organizar un campeonato entre sus cinco franquicias del Super Rugby. El torneo fue un éxito, logrando reunir a varias decenas de miles de espectadores en los estadios de este país que se ha librado de lo más duro de la pandemia.

Todo iba bien hasta que un ligero repunte del virus en el país obligó a celebrar a puerta cerrada un encuentro el pasado fin de semana y a anular otro.

Australia siguió el mismo camino a principios de julio con sus cuatro franquicias del Super Rugby más la Western Force, reintegrada para la ocasión.

Y Rugby Australia hizo una propuesta que mantendría este formato: un torneo final, denominado 'Super 8', que agruparía a ocho escuadras de Nueva Zelanda, Australia, Argentina y Sudáfrica al término de los campeonatos nacionales.

. La amenaza: ¿qué pasa con las franquicias sudafricanas?

Los sudafricanos, presentes en el Super Rugby desde su creación en 1996 bajo el nombre de Super 12, podrían ser los grandes perdedores de una reforma de la competición.

"Hay varias opciones", aseguró el presidente de South African Rugby, Mark Alexander.

Una de ellas sería integrarse en el Pro 14, un campeonato entre equipos escoceses, irlandeses, galeses e italianos y en el que ya participan clubes sudafricanos.

Una opción que presenta la ventaja de la ausencia de diferencia horaria y que ha contado con varios apoyos en Sudáfrica, entre ellos el del exseleccionador Nick Mallett. "Probablemente nos convendría girar hacia el norte" y Europa, opinó.

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