Asesinato de experto iraquí aviva temores de nueva ola de violencia

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El asesinato en Bagdad del experto en yihadismo Hisham al Hashemi despertó temores de que Irak entre en una nueva fase de violencia, en medio de una fuerte tensión entre las facciones proiraníes y el gobierno iraquí.

Hashemi, de 47 años, fue asesinado a tiros frente a su casa en el este de Bagdad en la noche del lunes por desconocidos encapuchados que circulaban en motocicleta y siguen prófugos.

Muchos temen que este asesinato sea el primero de una nueva y trágica serie como la que el país conoció durante la guerra civil de 2006 a 2009.

La esta nueva ola de violencia política comenzó a gestarse en octubre de 2019, cuando estallaron las protestas masivas contra el gobierno.

"Grupos armados de varias tendencias han matado con impunidad a manifestantes y a crítico del gobierno", dice Belkis Wille, de la entidad humanitaria Human Rights Watch.

"Pero matar a alguien del nivel de Hashemi sugiere que la impunidad total dio alas a algunos grupos que piensan que puden matar sin sufrir consecuencias", agregó.

Casi sin notarlo, Hashemi se había creado enemigos en todas partes. Formulaba comentarios diariamente en los medios locales e internacionales sobre el yihadismo, la política iraquí y, últimamente, el papel de las facciones armadas pro Irán.

Consultado por las cancillerías y los servicios de seguridad, también mantuvo relaciones personales con todos los políticos del país.

Durante años, esta red sirvió para protegerlo, dijeron sus familiares.

Durante las protestas lanzadas en octubre y que dejaron unos 550 muertos, incluidas docenas de activistas asesinados frente a sus hogares por hombres en motocicletas, Hashemi tomó partido.

Su apoyo a las protestas populares contra un gobierno considerado demasiado cercano a Irán enfureció a las facciones respaldadas por Teherán en la red militar iraquí Hashed al Shaabi.

"Los parámetros cambiaron a partir de octubre. Hubo un nuevo 'modus operandi' y un cambio en la confrontación con las facciones pro-Irán", dijo Adel Bakawan, un experto iraquí que conocía a Hashemi.

- Atentado en Bagdad -

Otros expertos, sin embargo, sugieren que el verdadero punto de inflexión ocurrió en enero, cuando un ataque estadounidense en Bagdad mató al general iraní Qasem Soleimani y al subcomandante de Hashed, el iraquí Abu Mahdi al Muhandis.

Las facciones de línea dura dentro del Hashed, particularmente aquellas cercanas a Irán como Kataeb Hezbollah, prometieron venganza contra Estados Unidos y sus aliados dentro de Irak, a cualquier costo.

Hashemi era considerado, al igual que otras personalidades de la sociedad civil, muy afín a los intereses occidentales.

"Hisham sabía que las cosas habían cambiado", dijo Renad Mansour, investigador de Chatham House, con sede en Londres, y quien trabajó con Hashemi durante años.

"El asesinato de Abu Mahdi (al Muhandis) dejó fuera de control todos estos grupos que había estado tratando de controlar y centralizar. Todavía estamos sintiendo las ondas de shock", dijo Mansour.

- Misión suicida -

Pero pocos en Irak parecen creer que los asesinos de Hashemi puedan ser juzgados.

Hace dos semanas, cuando el primer ministro Mustafa al Kazimi ordenó el arresto de 14 miembros de las brigadas de Kataeb Hezbolá que supuestamente preparaban un ataque con cohetes a intereses estadounidenses en Bagdad, no pudo lograr más de cuatro días de detención.

Para Raed Fahmi, líder del Partido Comunista Iraquí, la muerte de Hashemi es un "asesinato político que representa tanto una tentativa de silenciar libertad de expresión y un desafío para el gobierno, el Primer Ministro y cualquier proyecto de reforma".

Otros activistas iraquíes dijeron a AFP que durante mucho tiempo temieron ser atacados por hablar en contra de los grupos respaldados por Irán.

"Podría haber sido cualquiera de nosotros. Nuestros amigos ya han sido notificados para que se vayan de inmediato", dijo Omar Mohammad, un historiador que documentó las atrocidades en Mosul bajo el EI.

"Si Kazimi no da un paso firme, la vida civil en Irak desaparecerá. Pero me temo que no lo hará. Es una misión suicida", dijo.

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