Tensión entre India y China se siente con fuerza en región himalaya de Ladakh

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Los cazas indios despegan prácticamente cada 15 minutos de la base de Leh, principal ciudad de Ladakh, señal de la efervescencia militar en esta región himalaya donde hubo un violento enfrentamiento con el ejército chino la semana pasada.

Los dos gigantes asiáticos muestran en público su voluntad de una resolución pacífica de la crisis, a raíz del raro enfrentamiento entre sus tropas el 15 de junio en un valle disputado de este desierto situado a alta altitud, que se saldó con 20 solados indios muertos y una cifra desconocida entre las filas chinas.

Las declaraciones diplomáticas de apaciguamiento de Nueva Delhi y Pekín no impiden, en cambio, una agitación militar más elevada que de costumbre en Ladakh. Antes de esta nueva crisis, el ejército indio ya estaba omnipresente en esta zona montañosa situada entre India, Pakistán y China.

"Nunca antes había visto tantas maniobras militares", dice Tashi Chhepal, capitán retirado del ejército indio y afincado en Leh, la capital regional establecida a 3.500 metros de altitud.

Se han instalado barreras en las principales carreteras de salida de Leh. Los habitantes dan cuenta de largos convoys de vehículos de transporte militar y de camiones de artillería que circulan por las carreteras.

Gracias al envío de refuerzos "ahora tenemos una buena fuerza presente en la zona", declaró a la AFP un responsable del Comando del Norte del ejército indio, que pidió conservar el anonimato.

Los dos países más poblados del planeta mantienen tradicionalmente varias disputas fronterizas, principalmente en Ladakh (sector oeste) y en Arunachal Pradesh (sector este).

Los enfrentamientos en la montaña se multiplicaron en los últimos años entre los ejércitos indio y chino, lo que la administración estadounidense y los analistas interpretan como una señal de la creciente agresividad de China en la región.

- Piedras y palos -

Un acuerdo bilateral prohíbe el uso de armas de fuego a lo largo de esta frontera. Sus soldados se enfrentan a menudo a cuerpo por el control de unos metros o kilómetros de territorio.

El combate del 15 de junio dio lugar a peleas de extrema violencia, en las que las tropas llegaron a usar piedras y palos con clavos. Los dos países se culpan mutuamente de este choque, el primero con víctimas mortales desde 1975.

Altos oficiales indios y chinos mantuvieron conversaciones a principios de esta semana, y acordaron una retirada militar de las zonas disputadas en Ladakh. Sin embargo, dicho acuerdo ya se había concluido a principios de junio, unos días antes del combate.

"Todo lo que ahora dice China no puede darse por contado. Esperemos que Inda haya aprendido ahora la lección", declaró a la AFP Harsh Pant, analista en el Observer Research Foundation de Nueva Delhi.

India acusa a China de haberse apoderado de varias zonas situadas del lado indio de la línea de control efectiva ("Lign of Actual Control", LAC), que sirve de demarcación entre ambas potencias nucleares en Ladakh, y cuyo trazado es disputado en algunos lugares.

Los analistas no creen que disminuya la tensión a corto plazo, pero consideran que ambos países son conscientes de la necesidad de convivir y de sus lazos económicos.

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