La inversión extranjera en Brasil se redujo un 69 % en mayo por la pandemia

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Las exportaciones cayeron un 12,7 % en mayo frente al mismo mes del año pasado, hasta 17.996 millones de dólares, las importaciones se redujeron un 11,6 % en la misma comparación, hasta 13.791 millones de dólares. EFE/Archivo
Las exportaciones cayeron un 12,7 % en mayo frente al mismo mes del año pasado, hasta 17.996 millones de dólares, las importaciones se redujeron un 11,6 % en la misma comparación, hasta 13.791 millones de dólares. EFE/Archivo

Río de Janeiro, 24 jun (EFE).- Brasil recibió 2.552 millones de dólares en inversión extranjera directa en mayo, valor un 69,12 % inferior al del mismo mes de 2019 (8.264 millones de dólares), por la fuga de capitales que ha registrado en medio de la pandemia del nuevo coronavirus, informó este miércoles el Banco Central.
El valor que los inversores extranjeros han destinado a proyectos productivos en Brasil en el acumulado de los cinco primeros meses de este año se limitó a 20.595 millones de dólares, con una caída del 34,95 % frente al mismo período del año pasado (31.659 millones de dólares).
Los números del emisor reflejan la paralización de actividades en los últimos meses en Brasil como consecuencia de la pandemia y también el aumento de la aversión al riesgo de los inversores extranjeros en este momento.
Ello debido a que Brasil, el segundo país con más número de muertes y de contagios por COVID-19 en el mundo, va a sufrir una recesión histórica en 2020 como consecuencia de la pandemia.
Mientras que los economistas calculan que la contracción del PIB brasileño este año será del 6,5 %, los organismos internacionales son más pesimistas y prevén una caída de entre el 8 % (Banco Mundial) y el 9 % (Fondo Monetario Internacional).
El inversor extranjero ha reducido los recursos destinados a proyectos productivos en Brasil y también los que aplica en el mercado financiero.
De acuerdo con el Banco Central, los inversores extranjeros retiraron del mercado financiero brasileño 2.184 millones de dólares en mayo, de los que 1.639 millones de dólares salieron de la bolsa de valores y de fondos de inversiones y 545 millones de dólares de títulos de deuda.
El valor de las retiradas en mayo fue muy superior al del mismo mes del año pasado, cuando los extranjeros recogieron del mercado financiero brasileño 285 millones de dólares.
En el acumulado de los cinco primeros meses del año el total que los inversores extranjeros ha retirado del mercado llega a 33.632 millones de dólares, que contrasta con los 9.677 millones de dólares que invirtieron en Brasil entre enero y mayo de 2020.
Pese a la fuga del capital extranjero, Brasil obtuvo en mayo su tercer superávit mensual consecutivo en la balanza de cuenta corriente, es decir en sus transacciones con el exterior.
Brasil registró en mayo un superávit en sus transacciones con el exterior de 1.326 millones de dólares, frente al déficit de 1.385 millones de dólares en el mismo mes de 2019.
El déficit de cuenta corriente en los cinco primeros meses de este año se ubicó en 11.334 millones de dólares, con una caída del 38,2 % con respecto al del mismo período del año pasado (-18.339 millones de dólares).
La cuenta de transacciones corrientes está formada por la balanza comercial, la de servicios y los intereses, ingresos y dividendos que Brasil envía y recibe del exterior.
El gigante sudamericano ha conseguido saldos positivos en su cuenta corriente en los últimos meses gracias principalmente a la caída de los intercambios mundiales como consecuencia del coronavirus.
Mientras que las exportaciones cayeron un 12,7 % en mayo frente al mismo mes del año pasado, hasta 17.996 millones de dólares, las importaciones se redujeron un 11,6 % en la misma comparación, hasta 13.791 millones de dólares.
Pero lo que más contribuyó con la mejoría del saldo externo fue la caída del déficit en la cuenta de servicios, que se ubicó en 1.717 millones de dólares en mayo de este año tras haber llegado a 3.434 millones de dólares en el mismo mes del año pasado.
Esta caída fue impulsada principalmente por la reducción de lo que los brasileños gastan en viajes al exterior, con alquileres de equipos fuera del país y con tarifas de transportes internacionales.