Marruecos trata de contener su peor foco de virus localizado entre freseras

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Una de las furgonetas donde se desplazan las trabajadoras de la planta española de tratamiento de frutos rojos en la localidad marroquí de Sidi Yahya del Gharb, foco de un brote de coronavirus. EFE/Javier Otazu
Una de las furgonetas donde se desplazan las trabajadoras de la planta española de tratamiento de frutos rojos en la localidad marroquí de Sidi Yahya del Gharb, foco de un brote de coronavirus. EFE/Javier Otazu

Sidi Yahya del Gharb (Marruecos), 21 jun (EFE).- Marruecos trata de frenar con un hospital de campaña construido ad hoc, más el aislamiento de varios poblados, su peor brote de coronavirus registrado hasta ahora, localizado principalmente en dos empresas frutícolas españolas en una región al sur de Larache.
Hasta el momento, el foco cuenta oficialmente con 700 casos de contagios, procedentes sobre todo de dos plantas de tratamiento de frutos rojos pertenecientes a las españolas Frigodar (457 casos) y Natberry (103).
Cientos de personas que han estado en contacto con las contagiadas están siendo sometidas a test, con lo que el número de casos podría crecer en los próximos días.
Anoche, el ministro del Interior, Abdeluafi Laftit, anunció la creación de un hospital de campaña ad hoc en la población de Sidi Yahya del Gharb (a unos 50 kilómetros al norte de Rabat) para ingresar a las 700 freseras, después de que fueran internadas provisionalmente en residencias de estudiantes vacías, según pudo saber Efe.
En Sidi Yahya, Efe pudo comprobar esta mañana los preparativos para montar el hospital de campana en unas instalaciones militares ya existentes; aunque se observaba el movimiento de ambulancias, coches de bomberos y vehículos militares, ninguna fuente quiso hablar ni permitió tomar imágenes del lugar.
Laftit también recordó ayer que están clausurados los accesos a los poblados de donde proceden las jornaleras contagiadas, y añadió que su Gobierno ha ordenado paralizar la actividad en todas las plantas de tratamiento de frutas rojas que se concentran en la cuenca del río Lukos, que suman una veintena, la mitad de ellas de capital extranjero.
La noticia ha supuesto un duro golpe para este sector, convertido en principal proveedor de empleo en la región y que da trabajo sobre todo a mujeres: según el presidente de la Red de Asociaciones de Desarrollo de la región, Abdelali El Karkri, son unas 20.000 personas (casi todas mujeres) las que trabajan en la fruta roja.
No está definida la cadena de contagios que se han producido en esta región agrícola, pero hay algunas pistas: en el caso de Frigodar, su gerente Jerónimo Díaz cuenta a Efe que el viernes 12 ellos detectaron un primer caso en la persona de un chófer que traslada a las trabajadoras, y le pidieron cesar sus servicios y ponerse en cuarentena.
Pero el conductor, que es autónomo, no solo trabaja con Frigodar, sino con cuatro o cinco empresas más de la región, y pasa el día de aldea en aldea recogiendo a decenas o cientos de mujeres y trasladándolas hasta sus factorías de envasado o acondicionamiento de fruta, con lo que las posibilidades de contagio se han multiplicado.
De hecho, así sucedió, y tras comenzar el goteo de casos en las diferentes aldeas, el caid de la región ordenó el miércoles 17 test colectivos en las distintas plantas frutícolas, aun a riesgo de que eso supusiera propiciar grandes concentraciones de todos los trabajadores, según explicó Díaz.
Díaz sostiene que su empresa -con 1.313 empleados- ya había instaurado motu proprio en su planta varias medidas de protección como mascarillas obligatorias, mamparas de separación y toma de temperaturas, y añade que el Gobierno marroquí obligó este año a los transportistas a bajar hasta la mitad el número de obreras trasladadas.
No está claro si los transportistas cumplieron las reglas: El Karkri afirma que cada año, en el momento álgido de la campaña fresera, estos transportistas no dudan en sacar los asientos y meter hasta a cuarenta personas, todas de pie dentro del vehículo.
El Karkri apunta a que las trabajadoras también incumplen las reglas del distanciamiento, y si bien se ven obligadas a trabajar tras una mampara, después se reúnen en almuerzos colectivos donde no existe la menor distancia social.
Este activista afirma que la regularización de estas trabajadoras ha avanzado a buen ritmo en los últimos años, con un 80 % de afiliaciones a la seguridad social, pero insiste en que el transporte es el verdadero "punto negro" del sector.
Los casos positivos del coronavirus han ido apareciendo durante la semana en varios puntos de esta región fresera -en este momento del año más volcada en la frambuesa y el arándano-, hasta estallar en las manos del Gobierno marroquí, que había conseguido contener la pandemia con unas medidas durísimas de confinamiento.
Hasta el día de hoy, Marruecos ha registrado 9.839 casos de coronavirus y 213 muertes, y el confinamiento, que ha durado cien días, comenzará a relajarse a partir del próximo jueves.
Javier Otazu