Los serbios, convocados a las urnas entre boicot y coronavirus

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Los serbios están convocados este domingo a las urnas en unas elecciones legislativas empañadas por el boicot de parte de la oposición, lo que augura una nueva victoria del partido en el poder, y el nuevo coronavirus.

Los comicios se realizan en la sombra del hombre fuerte de Belgrado, el presidente Aleksandar Vucic, que aunque no se presenta, su nombre figura en las papeletas de voto en tanto que presidente del Partido Serbio del Progreso (SNS, centro-derecha) que lleva gobernando ocho años.

Los partidos de la oposición que boicotean las legislativas consideran que es imposible que haya elecciones libres en un paisaje mediático controlado y una erosión democrática  de los que se responsabiliza al jefe del Estado.

Pero la oposición, que lo único que la une es la aversión común a Aleksandar Vucic, está minada de disensiones. Algunos de los principales partidos boicotean el escrutinio pero una veintena de pequeñas formaciones irán a las urnas.

Según una encuesta de la agencia Faktor Plus, el SNS podría lograr el 60% de los votos, por delante del Partido Socialista (SPS), su socio en la coalición en el poder, con 12%.

Con la pandemia del nuevo coronavirus y el boicot, la mayor incógnita reside en la participación de los 6,5 millones de electores inscritos, incluidos los de la diáspora.

Según Faktor Plus, 34% de los electores no votarán y el 20% están indecisos.

- Hoja de parra -

Los partidarios de la pesca con caña han financiado publicada televisada irónica para ganar adeptos a su causa.

"¡Hay tantas cosas que pueden hacer el 21 de junio!" y entre las opciones posibles es la jardinería o los crucigramas, "la mejor forma de utilizar un bolígrafo ese día".

El jefe del Estado, que fue dos veces primer ministro antes de llegar a la presidencia, denuncia el boicot como una amenaza a la democracia y acusa a la oposición de utilizarla como una hoja de parra para esconder su impopularidad.

A los 50 años, el presidente es más popular que nunca según los sondeos que muestran que sale reforzado de la crisis sanitaria.

Aunque la epidemia crece lentamente tras el desconfinamiento, Serbia ha evitado, con unos 260 muertos, la catástrofe vivida en otros países.

Las legislativas, previstas inicialmente en abril, fueron aplazadas.

- El desconocido primer ministro -

Los mítines públicos fueron anulados, pero no los virtuales, en los que aparece omnipresente, el presidente rodeado de sus partidarios.

"No he venido a decirles: voten por nosotros, habrá miel, leche y árboles en flor", dijo recientemente en uno de estos mítines telemáticos. "Pero puedo decirles que en 2025 tendrán un salario medio de 900 euros (1.008 dólares", casi el doble que la media actual de 500 euros.

El papel que la Constitución atribuye al presidente de Serbia es honorífico, pero Aleksandar Vucic es sin duda el que toma las decisiones. Tiene tanto control que el nombre del primer ministro, en caso de victoria, no ha sido anunciado. La propaganda electoral no llevan las siglas del SNS, sino que proclama: "Aleksandar Vucic para nuestros hijos".

Los analistas piensan que el juego político está distorsionado. "El entorno mediático no es libre, las instituciones no son independientes y es muy difícil desafiar al poder durante las elecciones", dice a la AFP Florian Bieber, especialista de los Balcanes.

La ONG Freedom House considera que Serbia no es una democracia sino un "régimen híbrido" tras años de "captura del Estado, abuso de poder y tácticas de fuerte".

Danica Jankovic, jubilada en Belgrado, defiende al jefe del Estado: "Hace lo que puede y trabaja mucho para su pueblo", dice a la AFP.

Otros, como Dragana Mihajlovski, empleada de banca de 46 años, cree que quedarse en casa es la mejor forma de manifestarse.

"Aunque la oposición que boicotea parece débil y no representa mi opinión política, no iré a votar, porque Vucic es insoportable", zanja.

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