EEUU conmemoró el fin de la esclavitud en medio de tensiones por el racismo

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Miles de estadounidenses llenaron las calles del país este viernes con marchas para conmemorar el 155 aniversario de la abolición de la esclavitud, en pleno periodo de tensiones y de reflexión sobre la discriminación y el racismo sufrido por la comunidad negra.

En Washington los manifestantes derribaron el viernes por la noche la estatua del general confederado general Albert Pike, le prendieron fuego y corearon "las vidas negras importan", según imágenes transmitidas por ABC7 News.

"La policía de Washington no está haciendo su trabajo al observar cómo se destruye y se quema una estatua", dijo el presidente Donald Trump en Twitter.

Varias manifestaciones tuvieron lugar en ciudades como Washington, Nueva York, Atlanta, Chicago y Los Ángeles con motivo del "Juneteenth" (contracción de junio y 19 en inglés), el día de 1865 en que los últimos esclavos fueron liberados en Texas.

La fecha suele celebrarse con servicios de oración y reuniones familiares, pero este año, la muerte de varios afroestadounidenses a manos de la policía llevó al país a marchas masivas en pleno debate sobre el racismo que marcó su pasado e impregna la sociedad.

Cientos de personas denunciaron ante el monumento en memoria de Martin Luther King en Washington "el racismo, la opresión y la violencia policial", respondiendo al llamamiento de los equipos locales de baloncesto.

Cerca de la Casa Blanca, otro grupo de manifestantes paseaba en un ambiente distendido por la recién bautizada Black Lives Matter Plaza (Plaza de las Vidas Negras Importan).

"No podremos eliminar a todos los policías racistas, pero queremos echar a la mayoría de ellos y hacerles rendir cuentas", dijo a la AFP Joshua Hager, de 29 años.

George Floyd, un afroestadounidense de 46 años, fue asfixiado por un oficial de policía blanco cuando fue arrestado en Minneapolis el 25 de mayo. Sucumbió después de permanecer más de ocho minutos bajo la rodilla de Derek Chauvin.

La difusión de la escena, filmada por transeúntes, provocó una onda expansiva en el país y multitudinarias manifestaciones, a veces marcadas por actos de violencia y saqueos.

"La triste verdad es que este no es un caso único", dijo el hermano de George Floyd, Philonise, en una reunión sobre racismo en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU en Ginebra.

Otro suceso en Atlanta atizó el enojo: el 12 de junio, un oficial de policía blanco mató de dos balazos en la espalda a Rayshard Brooks, un afroestadounidense que intentaba escapar de un arresto por ebriedad.

Como en Minneapolis, el oficial fue despedido de la fuerza y acusado de asesinato.

En otro caso, el alcalde de la ciudad de Louisville, en el centro del país, anunció el despido de un policía implicado en la muerte de una enfermera negra, Breonna Taylor, asesinada en su apartamento en marzo.

Varios miles de manifestantes marcharon a través del puente de Brooklyn de Nueva York a Manhattan el viernes, gritando los nombres de hombres y mujeres negros asesinados por la policía en los últimos años.

"Este año, todo el país ha hecho un reconocimiento", dijo Tabatha Bernard, de 38 años. "Depende de nosotros mantener esto en marcha hasta que tengamos un cambio".

El candidato presidencial demócrata Joe Biden, que aventaja a Trump en las últimas encuestas, dijo que este día les recordó a los estadounidenses que el país "es capaz de sufrir la peor violencia e injusticia, pero también tiene una increíble capacidad para renacer de nuevo".

- "Injusticia inimaginable" -

El presidente Donald Trump denunció las muertes de Floyd y Brooks, pero con un fuerte discurso de "ley y orden" y críticas a los manifestantes.

El republicano hará el sábado un gran acto de campaña en Tulsa, Oklahoma, que postergó un día tras causar indignación al programarlo para el 19 de junio.

Tulsa vive aún atormentada por los recuerdos de uno de los peores disturbios raciales de la historia. Allí, hasta 300 estadounidenses negros fueron masacrados por una multitud blanca en 1921.

Se espera que más de 100.000 personas acudan a la ciudad donde, por temor a disturbios, el alcalde había decretado un toque de queda desde el jueves en la zona del mitin, antes de anularlo el viernes.

Por el "Juneteenth", Trump emitió el viernes un mensaje dirigido a la comunidad negra estadounidense, denunciando "la injusticia inimaginable de la esclavitud".

Pero también lanzó una advertencia en Twitter a los "manifestantes, anarquistas, saqueadores y los delincuentes" que se dirigen a Tulsa.

"Deben entender que no se os tratará como en Nueva York, Seattle o Minneapolis. ¡Será muy diferente!", tuiteó, en referencia a las protestas a veces violentas ocurridas recientemente.

En Tulsa, el activista de derechos civiles Al Sharpton dijo: "Hemos visto más unidad y más negros y blancos juntos en las últimas tres semanas de lo que hemos visto en un mitin de Trump".

Como parte de las recientes protestas, se han multiplicado los llamados a retirar monumentos en honor de los generales y funcionarios confederados proesclavistas durante la Guerra Civil (1861-1865) en el sur del país, y algunos fueron derribados.

Varias grandes empresas, como Nike, Twitter o la NBA, dieron a sus empleados un día libre el viernes para conmemorar el "Juneteenth".

Pese a los avances logrados por el movimiento de derechos civiles en los años 1950 y 1960, la minoría negra en Estados Unidos (13% de la población) padece desigualdades.

Nancy Pelosi, líder demócrata de la Cámara de Representantes, dijo que este día debe movilizar a la nación "para finalmente enfrentar y combatir su larga y vergonzosa historia de injusticia racial sistémica".

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