Las aplicaciones de mensajería, una trampa para el matrimonio tradicional en China

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Cuando el hombre con el que se casó hace diez años empezó a volver tarde a casa, mucho después de medianoche, a "Echo" le costó entenderlo. Hasta que registró el celular de su marido, un empresario de Shanghái.

Su cuenta de WeChat, la principal aplicación de mensajería de China, con más de mil millones de usuarios, estaba llena de mensajes seductores.

Tanto WeChat como otras plataformas han revolucionado las relaciones personales en China, pero también se las suele acusar de haber acabado con multitud de matrimonios, al facilitar los relaciones extraconyugales.

En un país en el que el matrimonio es la norma, el número de divorcios se ha disparado en la última década. Esta evolución, debida a varios factores, empujó al gobierno a redactar una ley, en mayo, para obligar a las parejas a "reflexionar" durante un mes antes de separarse.

"Conocer a gente se ha vuelto más fácil. Es posible que haya tentaciones", comenta Echo, que prefiere mantener su identidad completa en secreto. En la actualidad, está siendo asistida junto a su esposo por un consejero matrimonial.

Las relaciones sexuales extraconyugales no son nada nuevo en China, donde la industria del sexo y de bares de alterne está en pleno auge. Según un estudio realizado en 2015 por un investigador chino de renombre, el 34,8% de los hombres había tenido relaciones extramatrimoniales. Cinco años antes, solo declaró haberlo hecho el 11,8% de ellos.

El debate sobre la infidelidad se hizo viral en abril, cuando Zhou Yangqing, una modelo muy en boga, reveló que su novio, el cantante taiwanés Show Lo, había utilizado WeChat y otras plataformas para seducir a otras mujeres.

La tecnología se suma a las dificultades económicas, que también lastran a las parejas, considera Zhu Shenyong, un asesor matrimonial de Shanghái.

Unas dificultades que abarcan desde las presiones financieras y profesionales crecientes a los cada vez más frecuentes viajes de negocios, pasando por las injerencias de la familia política y por el hecho de que las mujeres chinas están cada vez menos dispuestas a soportar un matrimonio que no funciona.

- Encuentros fáciles -

"La sociedad china se desarrolla demasiado rápido, extremadamente rápido", declara Zhu Shenyong. "Nos hemos convertido rápidamente en una sociedad relativamente acomodada pero la felicidad material significa trabajar más y pasar menos tiempo construyendo y preservando el matrimonio".

Muchos se desfogan ligando por internet, según Zhu, que cita una función de WeChat, la de "Gente cerca de mí", que suele utilizarse para tener encuentros fáciles.

Esta función de la aplicación, en principio inofensiva, ha roto más de una pareja.

Zhu recuerda un caso del que se ocupó no hace mucho, el de un hombre y una mujer que se habían conocido por el trabajo. "El hombre dijo: tú estás divorciada y, mira por dónde, yo también me quiero divorciar. Tras haber hablado de trabajo y haber firmado un contrato, salieron a tomar algo y acabaron saliendo juntos". WeChat "hace que conocer gente sea increíblemente fácil".

El número de matrimonios aumentó casi un 14% entre 1998 y 2018, y superó los 10 millones anuales, según cifras oficiales. Pero el de divorcios se cuadruplicó en ese mismo periodo, y cada año se celebran 4,5 millones.

Las aplicaciones de mensajería suelen ser el hilo conductor de las infidelidades matrimoniales, apunta Dai Pengjun, un detective privado de Shanghái especializado en investigar a cónyuges sospechosos.

Su negocio prosperó en los últimos años, y en la actualidad cuenta con siete empleados que se ocupan de una decena de casos cada mes en todo el país, el 40% de los cuales implican a esposas promiscuas. El equipo de detectives se encarga de vigilar y fotografiar a los "objetivos".

- "Cada vez más amoríos" -

"He reflexionado mucho para comprender porqué cada vez hay más amoríos", explica Dai. "¿Se debe a una falta de moral? No creo. El asunto está muy relacionado con las condiciones materiales de la vida de la gente y con el progreso tecnológico".

En algunos casos, Dai descubrió que algunos hombres a los que vigilaba podían tener no una sino dos relaciones extramatrimoniales de larga duración, que en algunos casos incluso dieron lugar al nacimiento de hijos.

La falta de educación es otro problema, subraya Zhu. "Nuestra educación sexual empieza en primaria, pero no hay ninguna educación para el amor y el matrimonio".

En los medios, la pandemia de covid-19 hizo que muchos auguraran un bum de divorcios tras el confinamiento.

Pero, en cambio, en el caso de Echo la experiencia le dio tiempo a su pareja para reflexionar. Ahora, se muestra optimista y confiesa: "a veces, incluso me siento agradecida respecto a otras mujeres".

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